Honda ha traído a Europa la última versión de ASIMO, el robot de la compañía japonesa, que imita el comportamiento humano de forma precisa y que ha sufrido una evolución constante a lo largo de sus 14 años de existencia. Repasamos la historia de este curioso androide.
Honda se propuso hace un par de décadas crear un robot que tratase de simular de la forma más precisa posible la apariencia y el comportamiento del ser humano. Y para lograrlo, inicio el desarrollo de ASIMO, un simpático androide dotado de una extraordinaria inteligencia artificial que le permitía interactuar tanto con su entorno como con las personas.
Ahora, 14 años después de su “nacimiento”, su versión más reciente ha sido presentada en Europa haciendo gala de su último paquete de mejoras. Entre ellas destacan unas piernas que han sido optimizadas para poder andar sobre terrenos irregulares, caminar de espaldas, saltar e incluso correr alcanzando velocidades que rondan los 10 km/h. También ha demostrado ser capaz de abrir el tapón de una botella y verter su contenido como si de un barman se tratara, todo ello gracias al diseño de sus nuevas manos con 13 grados de inclinación.
Pero las novedades del último modelo no se han centrado únicamente en el apartado físico, ya que la inteligencia artificial de ASIMO también ha sido actualizada. Ahora, el carismático robot de Honda es capaz de reconocer diversas caras y voces y distinguirlas entre una multitud de gente que esté hablando al mismo tiempo. Además, si ve un objeto o persona caminando en su dirección, es capaz de procesar la información para poder apartarse hacia un lado y no entorpecer la trayectoria. En términos de comunicación, ASIMO es capaz de usar el lenguaje de signos con un interlocutor, gracias a las nuevas manos que hemos comentado.
Pero aunque aún tiene que recorrer mucho camino, el viaje hasta aquí no ha sido sencillo para los ingenieros de Honda, vamos a dar un paseo a lo largo de la historia de este simpático robot con aspecto de astronauta.
Año 2000, nace ASIMO
Honda ya había desarrollado anteriormente una serie de modelos bípedos -los primigenios serie E a los que siguieron los androides P1,P2 y P3- que buscaban conseguir una autonomía en el movimiento sin la asistencia de un operario. Aquellos modelos creados en los años 90, pesaban desde los 175 kg hasta 75kg y eran de un tamaño considerable al alcanzar casi los 2 metros de altura. La compañía japonesa quiso ir un paso más lejos y comenzó a crear un nuevo modelo de robot más ligero, pequeño y funcional al que bautizó como ASIMO (Advanced Step in Innovative Mobility). Sus características lo hacían idóneo para funcionar, en un futuro no muy lejano, en un entorno doméstico o de oficina. Gracias a la tecnología i-WALK, un sistema de reacción en tiempo real, era capaz interactuar con las cosas que sucedían a su alrededor. Su aspecto exterior y su apariencia amistosa se ganaron la simpatía del público que asistió a su “nacimiento” el 20 de Noviembre del año 2000.