La telefonía móvil nos permite, principalmente, comunicarnos. Aunque la llegada de los teléfonos inteligentes ha ampliado sus usos y posibilidades, la misión principal es esa. Y en relación con ésta, la seguridad es un factor a considerar. ¿Consideramos fundamental la seguridad de nuestras comunicaciones por móvil?
A diario enviamos y recibimos mensajes en diferentes plataformas de mensajería instantánea. Con similar frecuencia emitimos y recibimos llamadas de teléfono. Ambos corresponden a lo que consideramos comunicación móvil y en los dos casos tenemos en cuenta el factor «seguridad». La información que enviamos y recibimos, sea en forma de texto o en forma de «voz», es decir, a través de llamadas de voz, mensajería instantánea o voz sobre el protocolo IP, viaja en las redes móviles de forma «bilateral», entendiéndolo de un modo simplificado. Pero, ¿es realmente una comunicación bilateral? En absoluto, tal y como hemos comprobado según información confidencial de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense.
La NSA y su mala fama, ¿son los únicos que nos «escuchan»?
¿Te sientes espiado? Pues, muy probablemente, tengas razón y tus comunicaciones estén siendo interceptadas. No es cuestión de cuánto dinero, poder o influencia tengamos, sino simplemente que seamos «ciudadanos de a pie». Aunque este tipo de prácticas, de «espías y detectives», pueda parecer que correspondan únicamente a un sector concreto de la población, en realidad todos podemos ser «espiados». Además, aunque es la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense la que más filtraciones está aunando en los últimos años, otro tipo de agencias, organizaciones o gobiernos también pueden interceptar nuestras comunicaciones, como ya informó Vodafone en relación con la seguridad de sus infraestructuras y las de sus homólogos. Por lo tanto, aunque no es un motivo por el que dejar de comunicarse vía móvil, si es necesario reconocer que nuestro desconocimiento en este campo es motivo de cierta desconfianza a nivel de seguridad y privacidad.
seguridad y privacidad en las comunicaciones diarias? Y, por otro lado, ¿qué debe ofrecernos una plataforma de comunicación para olvidarnos de «la anterior»? A fin de cuentas, ¿es inevitable el liderazgo de WhatsApp ahora que es «donde están la mayoría de mis os»?