Hemos podido probar el tablet Surface 3, un modelo que en su interior lleva el alma de un portátil, por lo que se puede decir que es una fusión de ambos dispositivos. Lo cierto es que cumple en ambos casos, pero ciertamente mucho mejor como tablet, que en realidad es lo que la compañía de Redmond debía tener en mente al crear este producto.
El sistema operativo que se incluye en este Surface 3 es Windows 8.1, por lo que Microsoft se ha dejado de probaturas y ha decidido apostar por no ofrecer variantes que puedan marear tanto a s como a desarrolladores (Surface RT es un claro ejemplo de lo que decimos). Esto, entre otras cosas tiene una gran virtud que a muchos convencerá: es posible utilizar el mismo software que en un ordenador de sobremesa (por ejemplo), lo que amplía sus opciones de uso de forma exponencial y la sitúan como una herramienta adecuada para utilizarla en entornos de trabajo. Eso sí, estos no deben necesitar de gran potencia, como explicaremos más adelante.
Diseño
Lo cierto es que se ha mejorado desde versiones anteriores de este tablet, incluido los modelos Pro, que son más grandes y pesados -y más potentes, todo hay que decirlo-. El caso es que la usabilidad es mayor y, por lo tanto, se puede decir que este Surface 3 es un mejor tablet en el apartado de la usabilidad. Eso sí, comparado con otros modelos del mercado como por ejemplo los de Apple o Samsung, sigue siendo pesado ya que alcanza los 622 gramos (pero, claro, es mucho más ligero que la inmensa mayoría de los portátiles).
La carcasa del Surface 3 es de magnesio, por lo que su aspecto es bastante imponente y atractivo. Además, el soporte que permite colocarlo en posición de atril está muy bien integrado en la estructura y ofrece una solidez destacable. Por cierto, en este tablet son tres los pasos disponibles, por lo que se ajusta bastante bien a casi todos los lugares.
El ruido es muy escaso y, si dejamos a un lado las condiciones de poca luz (donde sufre y es cierto que aparecen algunas incoherencias cromáticas), la verdad es que las imágenes resultantes ofrecen colores vivos y una definición destacable. Una prueba de lo que decimos son los ejemplos que dejamos a continuación:



Por cierto, también es posible grabar vídeos y estos no son malos, pero la verdad es que aquí parece un autoenfoque que no está optimizado y el cambio de plano es algo que hace sufrir al sensor.
En cuanto a la cámara delantera, de 3,5 Mpx, hay que decir que para realizar conferencias con calidad HD (720p) es más que suficiente, pero este elemento es de una calidad bastante menor que el principal, lo que tampoco es precisamente una novedad. En definitiva, que cumple sin más.
La pantalla que se incluye en el Surface 3 tiene un tipo ClearType de 10,8 pulgadas (fabricado por Panasonic). La resolución es de 1.920 x 1.280 (217 ppp), por lo que la definición en un principio no es precisamente un problema. Y, lo cierto, es que confirmamos que es así, ya que se ve perfectamente incluso en exteriores con un brillo a destacar y, también, unos ángulos de visión excelentes. Eso sí, hay un detalle que no nos convenció mucho: las huellas se marcan en exceso, por lo que la protección oleofóbica no es precisamente buena.
El caso es que si el tablet más económico cuesta 599 euros, la suma de todo supera los 1.000 euros, lo que es un coste muy elevado y que no compite con una buena cantidad de portátiles que hay en el mercado. Esto debe cambiarlo Microsoft, ya que el desembolso no será accesible para muchos que pueden decidirse por un ordenador que por un precio similar ofrece unas especificaciones mejores.
Por cierto, antes de finalizar no queremos dejar de indicar que el sonido que ofrece Surface 3 es bastante bueno, con una potencia que sorprende y que la conectividad inalámbrica que ofrece es completa, donde la antena WiFi llega a lugares donde otras no lo consiguen, por lo que la potencia de la antena 802.11 ac es muy buena.
Conclusión
Lo cierto es que Surface 3 es un paso importante y bien pensado por parte de Microsoft para ofrecer un híbrido que sea una solución tanto como tablet como si se utiliza en sustitución de un ordenador portátil. Pero, lo cierto, es que en ambos casos hay detalles que le hacen perder frente a otros modelos, y lo cierto es que este dispositivo hace muchas cosas, pero en ninguna es el mejor (quizá en lo referente a versatilidad es donde se puede llevar la medalla de oro).
Cierto es que ofrece detalles de lo más llamativos, como su diseño que es espectacular y la combinación con la funda que integra teclado. Además, el sistema operativo es Windows 8.1 y Microsoft se ha dejado de probaturas, lo que es todo un acierto. Pero, por el contrario, hay detalles donde se puede y debe avanzar, como el peso, la potencia del hardware y el coste de los rios.








Resumiendo, este es un híbrido que apunta alto y, en esta ocasión Microsoft ha dado con la “tecla” para tener una buena base desde la que evolucionar para conseguir tener un dispositivo que puede ser una referencia en los entornos de movilidad. Tiene defectos, sí (como todos los productos del mercado), pero sus amplias posibilidades de uso y las que se pueden atisbar en el horizonte hacen que este Surface 3 sea un modelo a tener en cuenta y sin ser sobresaliente, es algo más que un acierto.
Lo mejor:
- Excelente diseño
- Pantalla de gran calidad
- Es un dispositivo muy versátil por sus líneas y sistema operativo
- No hace ruido al utilizar disipación pasiva
Lo peor:
- Coste conjunto con los rios elevado
- Rendimiento ajustado para lo que cuesta
- Es pesado como tablet