Aunque tengas contratados ‘tropecientos’ megas como velocidad máxima de descarga, siempre vas a perder velocidad con el WiFi. Es inevitable, pero sin embargo sí se puede reducir el impacto negativo que el uso de la tecnología inalámbrica tiene sobre el rendimiento de nuestra conexión a Internet. Reducir las interferencias es la clave para esto, y no sólo tenemos que mirar dónde y cómo está colocado el router, sino también el en entorno en cuanto al espectro radioeléctrico.
Cuando queremos evitar las interferencias dentro de nuestra
Canales, frecuencias y otros ajustes de un router WiFi
Por lo tanto, escogemos el canal y su ancho en base a la saturación, algo que podemos comprobar con diferentes aplicaciones. Y una vez que hemos hecho esto, ciñéndonos a los ajustes relativos a las posibles interferencias, sólo nos quedaría comprobar la frecuencia de funcionamiento. Actualmente el estándar WiFi más generalizado es el 802.11 n, lo que quiere decir que la mayoría de s contamos ya con WiFi de doble banda. En este sentido, siempre y cuando nuestros dispositivos conectados sean compatibles con ambas frecuencias, también podemos ‘jugar’ con el uso de 2,4 ó 5 GHz. Recordando de nuevo que necesitamos que nuestros dispositivos conectados sean compatibles, siempre que podamos los 5 GHz nos van a ahorrar más problemas de interferencias, pero precisamente por ello ‘mudarse’ a esta frecuencia no es posible para todos.