Antes de nada, para los perfeccionistas: no gasta ‘batería’, sino energía. Aclarado lo anterior, aunque todos nos habíamos entendido, la mayoría de los s se creen el mito de que una pantalla de mayor diagonal supone, casi en proporción, un mayor consumo energético. Y esto es lo que, por lo general, lleva a pensar que un móvil con ‘más pantalla’ tendrá menor autonomía –cuando la batería se mantiene en la misma capacidad-. Pero ¿es cierto esto, o no? Te lo explicamos con pelos y señales.
El consumo energético de un componente de hardware depende de muchas, muchas cosas. En los microprocesadores, por ejemplo, es completamente incierto que mayor potencia -frecuencia de reloj- se traduce en mayor consumo, y una de las características que juega un papel clave es la densidad de transistores, que cuanto mayor es, también es mayor la eficiencia energética. Pero dejando esto a un lado, nos centramos de lleno en las pantallas y su consumo energético, y poniendo el foco especialmente en los dispositivos portátiles por aquello de que su autonomía es un factor a tener en cuenta.
es con tecnología LCD y con OLED
Según el punto anterior, ya sabemos que existen una serie de puntos en la pantalla, cada uno con un color en función de la imagen, y en conjunto conformando la misma. Genial, pero para que se vean, la luz es necesaria. Y la tecnología de la pantalla es la que determina cómo se iluminan los píxeles. Dar luz a estos píxeles, como seguro que ya te has imaginado, también consume energía de la batería del dispositivo.
Hablando de estas dos tecnologías como dos grandes familias, los rasgos principales que hay que explicar son los siguientes. El LCD cuenta con una lámina de retroiluminación, lo que quiere decir que en un estrato inferior a la capa de píxeles, hay otra dedicada únicamente a proyectar luz sobre los mismos. Sin embargo, en un OLED, no hay de retroiluminación y los propios píxeles son fuente de luz. Es decir, ya no necesitamos energía para cambiar el color de los píxeles y energía para proyectar luz contra ellos, sino sencillamente para iluminar los píxeles. Así que sí, los OLED y sus derivados son más eficientes en estos términos.
Ahora bien, teniendo en cuenta que el OLED ‘es el futuro’, hay muchas otras tecnologías derivadas y sobre las cuales, principalmente Samsung y LG Electronics, ya han lanzado productos. Tampoco es necesario ahondar demasiado más para desmontar el mito, pero sencillamente comentar que actualmente se juega con la arquitectura matricial, es decir, la disposición de subpíxeles de un único color que, en combinación con los de su matriz de otros colores –también ‘fijos’– permiten ese ‘cambio de color de los píxeles’ con activación electrónica. Esto es algo más complicado, pero la cuestión es que consumen aún menos energía y mejoran la calidad de imagen.
Entonces ¿qué significa todo esto?
Significa que el consumo energético está ligado a otros aspectos que poco tienen que ver con el tamaño de la pantalla: resolución y tecnología. Y que, aunque la pantalla sea más grande por su diagonal, tanto la resolución de la misma como la tecnología de su la pueden hacer más eficiente. Así que no, no podemos fiarnos del simple dato de la diagonal del para considerar, sin que la batería varíe en su capacidad, que el terminal va a tener una mayor o menor autonomía que otro con pantalla de diferente diagonal.