Ahora que se acerca el verano, nos preocupa la temperatura de nuestros ordenadores, y más si éstos no tienen una refrigeración adecuada. Cuando en una tórrida noche de verano nos apetece jugar a un juego o una tarea que requiera toda la potencia del procesador, sobre todo en un portátil o un ultrabook, tememos que el portátil acabe reiniciándose o viéndose afectado por el thermal throttling, y nos tengamos que limitar a ver videos de gatos en YouTube mientras se enfría.
Para solventar parcialmente este problema, un japonés de MacBook Pro, harto de la alta temperatura que este puede llegar a alcanzar, ha comprobado un principio que a todas luces parece lógico. Ha probado a poner monedas dispuestas en pequeñas torres encima del portátil en la parte donde más se calienta, justo encima del teclado. El invento funciona.
Para realizar este experimento, se basó en una prueba que hizo una web japonesa allá por 2012, en la que comprobaron que el MacBook Pro de ese año alcanzaba una elevada temperatura. En las fotografías térmicas que realizaron, pudieron comprobar que la temperatura superficial del portátil se concentraba en la zona central superior del portátil, que es donde se encuentra el procesador, el cual podía alcanzar los 95 grados.