Debido a la cantidad ingente de dispositivos que hay conectados a la red, el número de IPs disponibles en Internet es cada vez más limitado. Para solventar esto, se creó el protocolo IPv6, pero no son muchas las compañías que lo aplican. Debido a esto, la mayor parte de la red sigue moviéndose en IPv4, con direcciones IP de 32 bits, frente a los 128 bits del IPv6, que permite alrededor de 6.7 x 1017 direcciones IP. Las direcciones IPv4 son un bien preciado, y un grupo de cibercriminales se ha lucrado con ello.
El 6 de junio de 2012 fue lanzado mundialmente el servicio IPv6, y los principales proveedores americanos lo habilitaron en sus redes, y las webs más importantes se hicieron compatibles con este nuevo protocolo. Es una migración compleja, y que requiere que todos los participantes pongan de su parte. En España también está disponible por parte de los grandes operadores, aunque todavía nos encontramos a la cola en adopción.
Este hecho es uno más que demuestra de que la escasez hace que un bien sea más preciado, y por tanto se cree un negocio que busque lucrarse de esa escasez. Hasta que no se estandarice el IPv6, y tengamos casi infinitas direcciones IP disponibles, seguiremos escuchando noticias sobre cómo se satura el IPv4.