Casi cada día aceptamos a ciegas las condiciones de uso de un determinado programa, la política de privacidad de una aplicación o damos el consentimiento para el uso de nuestros datos a un servicio. Lo cierto es que nunca leemos la interminable parrafada que nos presentan y siempre hay cosas que no nos iban a gustar demasiado. Sin ir más lejos, PayPal cambiará sus condiciones de uso a partir del 19 de noviembre. Una de las novedades pasa por que nos comprometamos a no valorarlos negativamente.
Concretamente:
Se compromete a no dar informaciones falsas sobre PayPal y a no valorarnos negativamente como forma de pago en sus comunicaciones con los clientes o en comunicados públicos.
Además, para poner fin a una práctica comercial habitual, se indica explícitamente que:
En todos sus puntos de venta (en cualquiera de sus formas):
- no deberá disuadir ni impedir a sus clientes utilizar PayPal; y
- si permite a sus clientes pagar con PayPal, deberá tratar el pago con PayPal al menos a la par que las demás formas de pago ofrecidas.
PayPal no recomienda aplicar recargos por tratarse de una práctica comercial que puede penalizar al consumidor y crear confusión, obstáculos y abandonos innecesarios en el momento del pago.
Las empresas que utilizan PayPal también deben llevar mucho cuidado con el nuevo párrafo de la sección 1.3. El gigante de los pagos online tendrá derecho a utilizar el nombre de la empresa, marcas comerciales y logotipos con el fin de mostrar información sobre la empresa y sus productos y servicios.