La nueva era del almacenamiento llegó con la entrada de los SSD en el mercado. Estas unidades de almacenamiento son ligeras, rápidas, pequeñas (se venden en formato de 2,5 pulgadas o M.2) y además consumen menos energía y pesan menos que un disco duro. El principal inconveniente que tiene en la actualidad es el precio, el cual, a pesar de haber bajado durante este año, va a empezar a aumentar en las próximas semanas/meses.
Subidas del 10% a finales de año
La tasa de adopción de las unidades SSD va viento en popa, siendo cada vez más ordenadores lo que lo equipan. Según datos estimados de DRAMeXchange, este 2016 cerrará con una adopción del 33% en ordenadores portátiles, y pasará al 56% en tan sólo dos años. Junto con esta gran demanda, los precios han ido bajando, pero en las próximas semanas esto cambiará.
Las unidades SSD no son las únicas que han aumentado su precio, pues la memoria RAM ha aumentado un 50% su precio con respecto a los precios que tenían estas memorias a principios de año. El aumento de precio de los SSD podría también repercutir en un aumento de precio de los discos duros HDD, ya que, si sube el precio de los SSD, aumenta la demanda de los HDD, cuya producción ha sido recortada en el último año. Si aumenta la demanda y hay poco stock, su precio también aumentaría.