En los últimos años, la línea que separa el humor del terrorismo prácticamente ha desaparecido para la Fiscalía, habiendo llegado a condenar a diversos s de Twitter por haber hecho chistes sobre víctimas del terrorismo. Aunque las propias víctimas han asegurado incluso no haberse sentido ofendidas, demostrando una gran madurez intelectual, la Fiscalía no lo ha visto así. Tanto es así, que ahora buscan condenar a un por responder LOL a un chiste.
Los delitos por enaltecimiento del terrorismo se están yendo de las manos
Y no, no es una noticia de El Mundo Today, sino que, tal y como recoge eldiario.es, Estamos hablando de un supuesto delito de enaltecimiento del terrorismo que la Fiscalía le acusa a Arkaitz Terrón ante el Tribunal Supremo, añadiendo incluso que “pone en riesgo nuestro sistema de libertades”. Terrón ya fue absuelto por la Audiencia Nacional, evitando una pena de dos años de cárcel, después de que fuera detenido en la Operación Araña, la cual se saldó con varias decenas de detenidos por apología del terrorismo en redes sociales.
simple chiste, sino que es “reírse a carcajadas”. Que Irene Villa no se sintiese ofendida no fue considera hecho suficiente para no excluir el delito.
Mauro Entrialgo@TyrexitoAhora un LOL también es ETA: https://t.co/YI27bf4KAi https://t.co/f1TUbRLuof23 de mayo, 2017 • 10:10
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Con este tipo de condenas, la Fiscalía busca generar miedo en los internautas a la hora de expresar su opinión. A pesar de que hacer chistes sobre víctimas del terrorismo sea deleznable y pueda o no hacer gracia a algunas personas, nunca debería ser considerado como delito. De hecho, Tip y Coll hicieron un chiste en el año 1984 sobre Carrero Blanco, y nadie entonces lo vio mal. Hoy nos encontramos con que un simple LOL puede ser delito de cárcel.
Raúl Salazar & El Profesor Migraña@respetocanasTip y Coll sobre Carrero Blanco. Del libro «Tipycollorgía». Año 1984. Hace 33 años.HACE 33 AÑOS. https://t.co/oA5ITLm5Mu
11 de enero, 2017 • 13:10
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Terrón depende ahora de la decisión del Tribunal Supremo sobre su causa. En ocasiones anteriores, por delitos similares, el resultado ha acabado en condena para el acusado.