Nos hemos acostumbrado ya –qué remedio- a que los desarrolladores y estudios de videojuegos lancen DLCs a modo de extensión de sus títulos. Es algo que parece relativamente nuevo, pero que en realidad se empezó a hacer a finales de los años 70. Y fue Atari la primera compañía en llevar a cabo un movimiento de este tipo, pero Sega secundó la idea con su servicio Sega Channel. Actualmente, en todas las plataformas hay disponibles videojuegos con DLCs, aunque estas formas de expansión no se utilizan en todos los títulos.
Los DLCs son una forma de dar continuidad al desarrollo de un videojuego, y también de mantener los ingresos después de haber vendido el título en sí. Actualmente las desarrolladoras se sirven del formato digital –generalmente- para estas extensiones de sus videojuegos, aunque aún se mantienen los packs de expansión –parte de los DLCs- para algunos títulos de ordenador. La idea original fue de Atari con la descarga por línea telefónica de videojuegos como primera forma de distribución digital, pero el concepto de descarga dependiente de los DLCs actuales lo introdujo Sega con Dreamcast, por su soporte en línea.
Microsoft fue la primera en cobrar por los DLCs a través de la Xbox Live. Después se sumaron Sony y Nintendo a las micro transacciones para sus videojuegos.
historia de los DLCs, porque fueron Dreamcast, PlayStation 2 y GameCube las que introdujeron la conexión a Internet. Pero Microsoft popularizó los DLCs, tras Sega con su Dreamcast, al introducir la primera Xbox junto a Xbox Live. Su plataforma online sirvió para la distribución de títulos originales y para la distribución de contenido extra disponible para su descarga. Fueron ellos los primeros en cobrar por contenido de descarga en el año 2002.