La mayoría ya sabréis que las VPN se están volviendo cada vez más populares en todo el mundo gracias a la privacidad que nos aportan en determinados casos y modos de utilización, aunque nunca está de más echar un vistazo y mirar la legalidad o no de estos servicios y sus usos.
Estas plataformas desde hace años se han tomado como usadas por hackers con capucha en una cafetería evadiendo a las autoridades desde su ordenador portátil, aunque la verdad es que la mayoría de los s de VPN no encajan en este estereotipo en absoluto. De hecho las VPN son comúnmente empleadas para uso corporativo, permitiendo a los empleados acceder a los recursos de la empresa cuando están fuera de la oficina, trabajando desde su hogar, por ejemplo.
Y es que cuando usamos Internet vamos dejando un rastro digital que nuestro ISP puede rastrear para saber qué sitios web han sido visitados o rastrear otras actividades realizadas en Internet por parte de sus propios clientes. Existen algunas medidas de seguridad y de protección como las conocidas SSL, usadas en las ocasiones en las que un visita un sitio web seguro y necesita introducir su tarjeta de crédito u otra información financiera, todo con el fin de mantener estos datos confidenciales ocultos al ISP. Sin embargo, en términos generales, el uso de Internet sin VPN deja que las actividades del sean menos privadas de lo deseado, de hecho bastante públicas y expuestas a otros.
Por todo ello no es de extrañar que tantas personas estén recurriendo a usar proveedores de estos cada vez más avanzados para mantener su actividad on-line oculta de su ISP, entre otras medidas de precaución. Así un servicio de este tipo oculta nuestra identidad enviando datos cifrados a otro servidor en primer lugar, que a veces se encuentra incluso fuera del país de origen, lo que dificulta mucho más el rastreo y la localización de nuestras actividades on-line. De este modo estas VPN han causado que algunos países tomen duras medidas para evitar su utilización. Decir que estos países que prohíben el uso de estas plataformas con incluso penas de prisión hoy día son Bielorrusia, China, Iraq, Omán, Turquía y los Emiratos Árabes.
De este modo el tipo de registros y el período de tiempo que se guardan varía mucho de un servicio a otro, algo a tener muy en cuenta. No es muy difícil imaginar el tipo de actividades ilegales que harían que un VPN entregase nuestros datos a las autoridades, donde podemos mencionar la pornografía infantil, el fraude, las descargas y streaming ilegales, el hackeo o el robo de identidades.
Por lo tanto la participación en cualquiera de estas actividades atraerá la atención de la plataforma, por lo que se verá obligada a informar llegado el caso, ya que cualquier negocio debe cumplir con las leyes del país en el que tiene su sede. También hay que tener en consideración que algunas VPN protegen nuestra privacidad mejor que otras, algo que hay que revisar con cuidado a la hora de contratar un nuevo servicio de este tipo.