
Son muchos los factores que pueden hacer que lo que estemos haciendo en el móvil o en el ordenador se note más o menos fluido. Entre ellos encontramos la tasa de refresco de nuestro monitor, el input lag de la imagen o el input lag de los periféricos. Todos estos factores provocan que la experiencia y velocidad de uso varíen en gran medida, pudiendo notar un ordenador nuevo como más lento.
Un Apple IIe de 1983 tiene una latencia de 30 ms; un PowerSpec G405 de 2017 tiene 200 ms
Por ello, Dan Luu ha comprobado la latencia de diversos dispositivos como ordenadores o móviles, abarcando dispositivos desde finales de los años 70 hasta el actual 2017. Esta latencia de entrada, o input lag, es el tiempo que transcurre entre que se pulsa una tecla y aparece el carácter en la terminal o zona donde se esté escribiendo.
Se han analizado ordenadores como un iMac G4 de 2002, un Apple IIe de 1983, un Thinkpad 13 de 2017, así como también más de una veintena de móviles. En la tabla se han dispuesto por orden creciente de menos a más ms. Como se puede ver en los colores, hay ordenadores de los años 80 y 70 con menor input lag que algunos actuales. Incluso un ordenador premontado este mismo año como un PowerSpec G405 tiene 200 ms de input lag; más de lo que tarda un paquete en llegar por Internet de España a Los Ángeles.
Mientras que un ordenador gaming actual sí se encuentra al mismo nivel que
A estos datos hay que añadirle el retraso hasta que la pantalla registra los movimientos. Una pantalla de 60 Hz actualiza la imagen cada 16,67 ms, mientras que una de 144 Hz lo hace a 6,94 ms. Este tiempo se añade a los ms que tarda cada píxel en cambiar de un color completo a otro (normalmente medido de gris a gris, o GtG), y que suele estar entre 1 y 5 ms dependiendo del monitor. Sin embargo, cada pantalla tiene también un retraso añadido dependiendo de lo que tarde en procesar la imagen.
Por tanto, si tienes un ordenador de sobremesa con monitor y teclados gaming de gama alta, el input lag será lo menor posible, mientras que en un portátil (incluso los “gaming”), el input lag del teclado es mayor, junto con unas pantallas con frecuencias de respuesta de incluso más de 20 ms (por los 1 ms de un monitor gaming).