Los dos tienen una pantalla, pero no ofrecen las mismas especificaciones técnicas. Tanto un televisor como un monitor se pueden conectar a una videoconsola, o a un ordenador, si queremos usar videojuegos. Pero hay algunas diferencias técnicas que deberíamos tener en cuenta a la hora de comprar uno u otro. De esta manera lograremos la experiencia que buscamos, y gastando el menor dinero posible.
El televisor para videojuegos
El televisor, como su propio nombre indica, nos permite ver la televisión. Es una buena idea contar con esta característica, si el lugar donde vayamos a instalar la pantalla y la consola es también donde, aunque sea de manera ocasiona, vayamos a ver la televisión.
Pero son dispositivos más limitados en conectividad; la mayoría de ellos cuenta únicamente con conexiones HDMI, y aunque tengan varias entradas de audio/vídeo de este tipo, suelen tener solo un HDMI 2.0, que es lo que necesitamos para una resolución 2160p a 60 fps. Y al mismo tiempo, aunque aprovechemos la conexión HDMI 2.0, no podemos aspirar a un framerate superior, que es una de las principales desventajas de un televisor que no cuente con DisplayPort. En una videoconsola no tendremos problema, pero si vamos a jugar con PC, podemos ir más allá de 2160p 60 fps.
Pero hay una ventaja en los televisores –además de que son para ver la televisión, claro- y es que tienen sistema de sonido incorporado; es decir, altavoces. Quizá vayas a usar más unos cascos, o a lo mejor quieras comprar unos altavoces específicos e independientes, pero contar con altavoces integrados es interesante, y también es un segundo factor que hace que sean más caros, otra desventaja que podemos sumar a la lista en esta comparativa monitor vs televisor.
Retomando aquello de la resolución y el framerate, la mayoría de los televisores están limitados a 60 Hz, luego el framerate máximo que alcanzaremos es de 60 fps por su tasa de refresco. Da igual que tengas una Nvidia GeForce RTX 2080 Ti dentro de tu ordenador, que el máximo de imágenes que verás por segundo será 60. Hay televisores que alcanzan hasta los 120 Hz, pero indudablemente son más caros que un monitor de 120 Hz; además, los monitores pueden llegar mucho más allá de esta tasa de refresco.
Pero ¿y si además de jugar, quiero ver películas en esta pantalla? Entonces, quizá deberías plantearte que cada vez hay más televisores HDR, y cada vez más económicos, mientras que esta tecnología escasea en el mercado de los monitores. Y no solo se trata de películas, porque tanto PlayStation 4 como Xbox One –en algunas de sus versiones- soportan HDR para algunos de sus videojuegos, además de resolución 4K.
Otro problema importante para una gran cantidad de televisores es el ‘sobre procesado’ de imagen. Si queremos un Smart TV para jugar, deberíamos asegurarnos de que ofrezca un modo PC o un modo juego; de lo contrario, la señal de imagen es procesada antes de mostrarse para ‘corregir’ cualquier tipo de imperfección, o darle un aspecto más HiFi, y esto introduce un retraso importante, algo que no queremos cuando estamos jugando a videojuegos.
El monitor para videojuegos
El monitor es una pantalla más enfocada al ordenador. De ahí que sean dispositivos más completos en conectividad, con la conexión DisplayPort como una característica destacablemente más extendida. Y esta conexión es la que, como comentábamos anteriormente, nos va a permitir reproducir contenido en 2160p por encima de 60 fps, con una calidad de imagen notablemente superior y, sobre todo, mayor fluidez. En los videojuegos, el framerate es importante, como ahora continuaremos explicando, y contar con DisplayPort es algo casi esencial.
Siguiendo con esto del framerate, la tasa de refresco en monitores alcanza cifras superiores. Tenemos monitores de 60 Hz, claro que sí, y a precios irrisorios si nos conformamos con la resolución Full HD; pero también hay una amplia variedad de modelos con 144 Hz, e incluso 240 Hz. Podemos conseguir cuatro veces más imágenes por segundo en uno de estos monitores que en un televisor de 60 Hz, algo que cambia por completo la experiencia de juego si buscamos la máxima calidad y fluidez.
En un monitor, el tiempo de respuesta es sensiblemente inferior, y la latencia de entrada también porque no existe ese ‘procesado’ de imagen que lleva a cabo un televisor. Por un precio inferior podemos encontrar monitores con mejores características en este apartado, y en juegos online a nivel competitivo es algo que cambia de forma drástica la experiencia. Mucho más aún si lo unimos al apartado anterior, relativo a la tasa de refresco de la pantalla, que aprovechará absolutamente toda la potencia de nuestra tarjeta gráfica.