Siempre que hablamos de PC gamer, de ordenador para videojuegos, hablamos de un ordenador con sistema operativo Windows. Nunca se habla de ordenadores Mac para videojuegos, y existe la creencia –muy extendida- de que no sirven para videojuegos. Pero ¿qué hay de cierto en ello? Porque si nos fijamos en los eSports, por ejemplo, o en los youtubers que se dedican a los contenidos de videojuegos, también nos encontraremos siempre con que utilizan un ordenador con sistema operativo Windows, si es que esto nos vale como referencia.
Apple utiliza en sus ordenadores Mac un hardware muy específico, mucho más limitado –por variedad, sencillamente- que la disponible para sistemas Windows –o con otro sistema operativo-. Y sobre todo, Apple utiliza un hardware muy selecto en el apartado de gráficos. Y por supuesto, en términos de software, en los ordenadores de Apple contamos con macOS. Y tanto una cosa como la otra son determinantes en el entorno del gaming.
MacOS tiene limitaciones de compatibilidad a nivel de software que afectan a los videojuegos, aunque no a todos
Si accedes a Steam, que es la mayor plataforma de videojuegos para ordenador, podrás ver que hay un catálogo de videojuegos específico para ordenadores Mac. Sí, los hay, y además no son pocos los que están disponibles, luego servir sirven –estos ordenadores- para jugar. Otra cosa es que no sean la opción óptima, además de que el catálogo es mucho menor. Este problema se debe precisamente a las limitaciones de compatibilidad del sistema operativo de Apple para ordenadores. No hay soporte para DirectX, así que únicamente están disponibles los videojuegos basados en la API OpenGL, y son muchos menos.
Vulkan debía haber ‘solucionado’ todo esto, pero por el momento los problemas se mantienen para el ecosistema de Apple en el entorno de los videojuegos.
A nivel de software, este es el problema: los desarrolladores tienen que escoger una API como librería de gráficos, y si optan por DirectX, entonces el videojuego sencillamente no puede funcionar en ordenadores con sistema operativo macOS. La posibilidad que tienen los s de ordenadores Mac es ‘virtualizar’ Windows haciendo uso de Bootcamp, exactamente la misma utilidad que se utiliza para evadir otras limitaciones de disponibilidad de software, es decir, para hacer funcionar programas exclusivos de Windows.
El motivo por el que los desarrolladores usan DirectX y no OpenGL es por el rendimiento de una y otra API. Hay un eterno debate en este tema, pero evidentemente quienes optan por DirectX es porque consideran que es la opción idónea. Y teniendo en cuenta la cuota de mercado de ordenadores de Apple, y más en el entorno gaming, tampoco es algo que preocupe demasiado a los desarrolladores, que su juego no pueda funcionar en macOS.
El hardware no es el mayor de los problemas de los Mac, pero también es otra barrera para el mundo de los videojuegos
En un ordenador gaming se utiliza siempre hardware dedicado para los gráficos, tarjetas gráficas dedicadas y de altas prestaciones. Una amplia cantidad de los ordenadores de Apple no cuenta con gráficos dedicados. Aunque el sistema operativo macOS está optimizado para el entorno creativo, para vídeo y fotografía, para videojuegos es necesario un procesador de gráficos específico, y Apple únicamente incluye tarjetas gráficas dedicadas de altas prestaciones en algunos de sus productos.
Por lo tanto, aunque en un Mac Mini -por ejemplo- tenemos procesadores de última generación que son más que válidos para videojuegos, en el apartado de gráficos contamos con una Intel UHD Graphics 630, es decir, gráficos integrados incluso en el modelo que supera los 1.200 euros. En un iMac, sin embargo, ya tenemos una Radeon Pro 555 con 2 GB de VRAM, que en un juego como Overwatch se queda en tan solo 31 fps de media en calidad ‘ultra’ sobre resolución Full HD 1920 x 1080 píxeles. Es decir, que su rendimiento es muy limitado.
macOs en un ordenador con Windows 10 ¿sabes cómo?