Actualmente, comprarse un coche de explosión nuevo no es una buena inversión de cara al futuro. Su precio cae muy rápido, y cada vez van a ser mayores las restricciones. Sin embargo, la alternativa actual es muy escasa, con pocos modelos de coches eléctricos, caros, con autonomía mejorable, y con un precio de recarga en electrolineras y gasolineras que no compensa.
Las gasolineras están cobrando el kWh hasta 14 veces más caro que en casa
La clave del coche eléctrico es cargarlo en casa, sobre todo por la noche con una tarifa que deje el kWh más barato. Cargarlo en el camino en electrolineras o incluso en los propios Supercharger de Tesla es más caro que cargarlo en casa, y con eso no se fomenta el uso del coche eléctrico.
Con respecto al diésel, el combustible que fue tildado inicialmente de “más limpio” por reducir el CO2 y ahora culpabilizado de la contaminación en ciudades por el NOx, es más caro que la gasolina en 13 de los 28 países de la Unión Europea, siendo Bélgica donde más diferencia hay con 14,7 céntimos. En España, la gasolina es 5,3 céntimos de media más cara que el diésel, lo cual supone una reducción del 50% desde agosto. Poco a poco se tenderá a que ambos combustibles valgan igual.
Elon Musk, por su parte, ha afirmado que van a duplicar la cantidad de Superchargers de cara a finales de 2019, lanzando la versión V3 de cargadores a principios de 2019 con una carga que será más rápida que en los actuales, y que podría situarse en torno a los 250 kW; en torno al doble que los actuales, y que permitiría cargar entre el 20 y el 80% de la batería en 15 minutos.