Las baterías de estado sólido están llamadas a ser el futuro del almacenamiento de la energía en nuestros dispositivos y coches eléctricos gracias a sus numerosas ventajas. Sin embargo, en la actualidad seguimos utilizando las de litio porque es una tecnología que funciona de manera fiable y lleva más de dos décadas entre nosotros. Sin embargo, una nueva investigación ha logrado un gran avance en estas baterías.
Una lámina de unos pocos nanómetros de nitruro de boro: la clave para batería de estado sólido estables
Las baterías de litio actuales presentan varios problemas: el aumento de su densidad, es decir, la capacidad en un mismo espacio, se encuentra actualmente en el límite de su diseño. A eso hay que sumarle que tienen una vida útil que podría ser más larga, o que si se dañan o punzan arden en llamas al entrar en o con el oxígeno.
usar grafeno o aleaciones con silicio. En general, se consigue reducir la formación de dendritas controlando el flujo de iones, pero a cambio de tener menor capacidad y densidad, además de hacer las baterías inflamables.
Así, la solución de los investigadores es poner una capa nanométrica de entre 5 y 10 nanómetros de nitruro de boro para aislar el metal de litio del conductor. Al aislar ambas capas se consigue evitar la acumulación de dendritas y los cortocircuitos sin que la densidad de la batería tenga que disminuir. Esta capa también es ligeramente porosa, y también cuenta con una pequeña cantidad de electrolito líquido.
Los investigadores se encuentran estudiando ahora mismo la aplicación de estas baterías, y una de ellas podría ser en los móviles dado su reducido tamaño. A pesar de ello, todavía quedan unos años hasta que los investigadores consigan dar con la tecla para crear baterías de estado sólido que estén dentro de los dispositivos que compremos.