La DGT se pone seria: nuevas medidas de urgencia para reducir la mortalidad en moto

La DGT quiere evitar un nuevo año catastrófico en la siniestralidad de motoristas, donde se ha producido un repunte de más de un 10% en los datos de pasado año con respecto al año 2022 (286 víctimas mortales por 241 en vías interurbanas). Es por ello que va tomar ciertas medidas para tratar de proteger a uno de los colectivos más vulnerables en la búsqueda de los cero muertos por accidentes de tráfico.
El balance provisional de los siniestros registrados en las carreteras españolas durante el pasado año muestra que hubo 1.048 siniestros mortales en los que fallecieron 1.145 personas, solo tres menos que en 2022. Hacen falta medidas contundentes y la DGT ya ha activado la maquinaria para tratar de tener mejores estadísticas y salvar vidas.
Adiós al A1 con el carnet de coche
Los conductores con carnet de coche ya no podrán conducir motos de 125 centímetros cúbicos. Al menos no por defecto una vez que se alcanzaban los tres años de experiencia desde que se obtenía la licencia B, de coche.
Esta medida estaba encaminada a favorecer otro tipo de movilidad, pero cualquiera que haya conducido coche y moto sabrá que apenas hay transferencia en la forma de manejar uno y otro vehículo, siendo dos formas muy diferentes de conducir. Por tanto, que cada dos años de obtener el carnet de coche muchos conductores conseguían a efectos el A1 de moto y pasaban a ser un peligro porque no sabían circular en condiciones óptimas de seguridad.
Por ejemplo, se impone el hecho de tener que utilizar obligatoriamente casco integral o modular y los guantes homologados a los motoristas en carretera. Estos elementos pueden salvar vidas en los accidentes. El hecho de que el cuerpo del accidentado impacte directamente contra el asfalto hace que se necesite de la mejor protección posible para evitar lesiones de gravedad.