El otoño ya está llamando a nuestra puerta y con él vendrán todavía más precipitaciones de las que hemos tenido a lo largo del mes de septiembre. En estas condiciones cambia la manera de conducir para los vehículos tradicionales de combustión, pero los coches eléctricos también tienen sus particularidades para ser conducidos en condiciones de lluvia.
La combinación de electricidad y agua nunca ha sido buena, pero en este caso no hablamos de temas de seguridad. Conducir tu coche eléctrico cuando llueve no tiene riesgo de electrocutarte, pero sí sobre cómo responde este en carretera.
Coche eléctrico y lluvia: una conducción diferente
El primer punto a tener en cuenta es que, debido a la batería, los coches eléctricos suelen ser más pesados que otro tipo de vehículos. Esto puede incidir en el comportamiento del vehículo cuando pasemos por zonas húmedas de la carretera. El peso es uno de los elementos que pueden provocar aquaplaning, así que hay que ser más cautelosos para tener los otros bajo control, sobre todo el dibujo de los neumáticos y una correcta presión de las ruedas.
En este sentido, podemos estar tranquilos, pues el proceso de recarga es seguro. Tanto el vehículo como el punto de recarga se han diseñado siguiendo altos estándares de seguridad, por lo que el no corre peligro durante el proceso. Los puntos de recarga están equipados con un diseño impermeable para evitar que la lluvia penetre en el sistema eléctrico del coche.
Además, estos sistemas solamente son conductores de la electricidad cuando hay vínculo físico entre cargador y vehículo, por lo que, al estar desconectados, el cable que está a la intemperie no actuará de conductor de la electricidad en lluvia, ya que, cuando se desconecta uno de los conectores, el flujo eléctrico se interrumpe. Igualmente, con la presencia de agua u otros líquidos, los protocolos de comunicación garantizan la misma seguridad para continuar dispensando energía.