Seguro que en alguna ocasión te has preguntado si es posible que estén espiando tu WhatsApp o incluso si se puede “echar un vistazo” al de otra persona. La respuesta corta es que sí, se puede espiar WhatsApp y existen varios métodos para ello. No obstante, como te puedes imaginar, esto es algo que tiene muchas connotaciones y que requiere una explicación en profundidad.
Al utilizarlo millones de personas, el interés por hackear el WhatsApp de otros no para de crecer. Muchos creen tener razones justificadas para hacerlo, pero la realidad es que estamos cometiendo algo ilegal. Además, debemos extremar las precauciones para evitar el malware, los virus y los fraudes que pueblan Internet con este pretexto.
En este artículo veremos la realidad sobre espiar WhatsApp, las implicaciones legales y la multitud de timos o estafas que circulan por Internet. Además, hablaremos de las diferentes formas que tenemos a nuestro alcance para evitarlo.
¿Podemos espiar realmente WhatsApp?
Hace unos años era posible espiar conversaciones de WhatsApp simplemente estando conectado a la misma red WiFi que el emisor o el receptor de los mensajes. Las conversaciones no se cifraban y por eso, capturando el tráfico de la red, era posible ver las conversaciones sin demasiadas complicaciones para aquellos s entendidos en la materia.
En la actualidad, esto ya no es posible. Desde hace tiempo la app de mensajería hace un cifrado punto a punto de las conversaciones. Esto significa que cuando envías un mensaje se cifra en tu dispositivo y viaja de esa forma por Internet. Al llegar al móvil de la persona a la que le escribes se desencripta y es en ese momento concreto es cuando se puede leer; cuando ya está en el otro dispositivo. Por tanto, ya no hay manera alguna de conseguir espiar a través del Wi-Fi. De intentar espiar el chat de otra persona, podríamos estar rozando algún delito.
Qué dice el Código Penal
La ilegalidad de estos actos la contempla el artículo 197 del Código Penal, considerándolo como un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Esto supone que el castigo puede suponer entre 1 y 4 años de cárcel. Por lo tanto, conseguir espiar WhatsApp es algo ilegal, ya que los métodos utilizados para ello se consideran delito. Aunque originalmente el Código Penal estaba todo enfocando hacia cartas o postales recibidas por una persona, lo cierto es que con el paso del tiempo y las nuevas tecnologías esa misma especificación se amplió a todo tipo de comunicaciones electrónicas.
Dentro del artículo 197 del Código Penal, del que os hablábamos antes, se especifica claramente que las conductas por espiar vulneran la intimidad a cualquier tipo de persona, bien sea en papeles, cartas, mensajes de correo electrónico, de texto o cualquier tipo de documento escrito que sea personal. Incluso entra en toda esta tipificación las escuchas que se pudieran hacer de forma fraudulenta mediante grabaciones o cualquier forma para llegar a tal fin.
- El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales, intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses.
- Las mismas penas se impondrán al que, sin estar autorizado, se apodere, utilice o modifique, en perjuicio de tercero, datos reservados de carácter personal o familiar de otro que se hallen registrados en ficheros o soportes informáticos, electrónicos o telemáticos, o en cualquier otro tipo de archivo o registro público o privado. Iguales penas se impondrán a quien, sin estar autorizado, acceda por cualquier medio a los mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos o de un tercero.
Pero no todo se queda aquí, sino que se considera ilegal el simple hecho de acceder a un móvil de una tercera persona si esta no te ha dado su consentimiento, aunque realmente no se haya recopilado información y solo se haya desbloqueado el smartphone o la tablet.
Las consecuencias son muy graves. Según recoge el mencionado artículo:
Será castigado con las penas de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses, el que, con conocimiento de su origen ilícito y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizare la conducta descrita en el párrafo anterior.
Leer mensajes de la pareja
Todo lo que te estamos contando se magnifica, puesto que la ley lo considera como grave, si hablamos de personas con las que se mantiene algún tipo de relación sentimental, ya que un cónyuge o pareja es considerado como una persona mucho más cercana a la víctima. Estos hechos incluso podrían considerarse como maltrato, dado que se puede interpretar como una forma de control sobre la pareja, lo que podría conllevar incluso que entrase en algún supuesto de la ley de violencia de género.
La ley especifica que es importante el hecho de la intrusión en la intimidad de otra persona, pero también es primordial el sistema para conseguir tal fin. Es decir, cuando alguien entra en un móvil ajeno por medio de sistemas informáticos tipo cracking, malware o este tipo de acciones, se considera más grave, ya que está demostrada la premeditación y absoluta certeza del conocimiento del hecho.
Sin embargo, en otro tipo de casos como desbloqueos accidentales o incluso provocados, pero mediante el conocimiento de la contraseña del terminal de otra persona, podrían considerarse como hechos puntuales, también sancionables, por supuesto, pero donde (habría que demostrarlo) no ha habido premeditación y alevosía.
Es más, desde el año 2015 la ley española considera el simple hecho de comprar, tener o ceder aplicaciones espías como un delito, aunque no se lleguen a utilizar. Es decir, aplicaciones que vulneren la intimidad de otra persona, algo que es primordial en nuestro Código Penal y que por eso fue modificado, para protegernos de todo esto que os estamos contando.
Leer mensajes de niños
¿Qué pasa si leemos los mensajes a los niños menores? Cuidado, por ser menor de edad no implica que un adolescente no tenga los mismos derechos. El Artículo 4 de la Ley de Protección del Menor 1/1995 refleja que los menores también están protegidos:
- Los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Este derecho comprende también la inviolabilidad del domicilio familiar y de la correspondencia, así como del secreto de las comunicaciones
- Los padres o tutores y los poderes públicos respetarán estos derechos y los protegerán frente a posibles ataques de terceros.
¿Qué ocurre? Que debemos demostrar que si hemos entrado en WhatsApp para leer una conversación ha sido con algún fin recogido en el punto 2 de este derecho, para protegerlos. Dependerá de si usamos de forma habitual un software espía sin consentimiento para un joven de 16 o 17 años o si simplemente accedemos a su teléfono móvil para leer sus conversaciones de WhatsApp porque sospechamos que alguien le está amenazando o incluso en casos de acosos por parte de adultos.
Cada una de ellas puede derivar en unos riesgos o efectos distintos en tu móvil o en tu WhatsApp, así que ten mucho cuidado con aquello que descargas. Sobre todo, podrás ver que la mayoría de estas apps recurren a las mismas promesas y a las mismas supuestas reviews que engrandecen su supuesto funcionamiento. En algunos casos, son simples apps de control parental que aportan mucho menos de lo que garantizan. Lo mejor es desconfiar para evitar problemas.
¿Cómo saber si un WhatsApp está siendo espiado?
Hay una serie de pasos que podemos dar para responder a las preguntas habituales de si me han hackeado o me están espiando, si mi cuenta está abierta en otro dispositivo, si alguien lee mis conversaciones antes que yo… Son varias las opciones o, más bien, puntos en los que tendremos que estar atentos para poder descubrir si realmente alguien está leyendo nuestras conversaciones.
De esta manera, podemos protegernos y evitarlo. Hay algunas señales que nos permiten saber que algo está ocurriendo: las sesiones activas, por ejemplo. O si te llegan mensajes, pero nunca te sale la notificación y siempre aparecen como leídos antes de leerlos tú.
Dispositivos vinculados
Uno de los primeros aspectos que deberemos tener en cuenta será el simple hecho de hacer una rápida comprobación desde la misma aplicación que tenemos instalada en el smartphone. Básicamente, lo primero, será revisar qué sesiones hay abiertas con tu cuenta:
- Abre WhatsApp.
- Toca en los tres puntos de la esquina superior derecha.
- Ve al apartado Dispositivos vinculados (antes aquí veíamos WhatsApp Web).
- Abre dicho apartado.
- Verás la lista de todas las sesiones activas y cuándo.
Aquí nos aparecerán las sesiones que hay abiertas. Por ejemplo, que tienes una sesión abierta en un navegador Google Chrome en un ordenador Windows y que está activa a las 16:40 de hoy. Si no tienes ningún ordenador Windows o no te has conectado a tu WhatsApp desde el ordenador debes tocar sobre ella y eliminarla.
Teniendo en cuenta que el lector de huellas es un elemento que podemos encontrar hoy en día en la mayoría de los terminales del mercado, WhatsApp decidió añadir la función que nos permite proteger el a la app con nuestra huella dactilar de forma nativa. Antes de esto, era necesario configurarlo a través de los ajustes del sistema, por lo que podemos realizarlo de cualquier modo.
Para activar este bloqueo a través de la propia app, lo primero que tenemos que hacer es comprobar que tengamos una versión de WhatsApp que incluya esta opción. Si tenemos la app correctamente actualizada, estos son los pasos que debemos seguir:
- Abrimos la app en nuestro teléfono.
- Tocamos sobre el botón de menú o más opciones.
- Entramos en la opción Cuenta.
- Elegimos la opción Privacidad.
- Ahí encontraremos la opción Bloqueo con huella dactilar en Android, mientras que si somos s de iOS tendremos que entrar además en Bloqueo de pantalla y posteriormente activar el interruptor Touch ID.
- La app de mensajería nos pedirá que pongamos el dedo sobre el lector de huellas para su registro.
- A continuación, tendremos que elegir si queremos que la app se bloquee automáticamente, después de 1 minuto de no usarla o después de 30 minutos.
Es importante saber que, al activar esta función, tendremos que usar nuestra huella dactilar para abrir WhatsApp siempre que vayamos a hacer uso de la app y esté bloqueada. Desde los ajustes del sistema también es posible configurar el bloqueo de WhatsApp con huella dactilar. Puede que las opciones o rutas que vamos a indicar varíen en función de la versión del sistema o la capa de personalización del fabricante de nuestro teléfono móvil, pero lo pasos a seguir sería básicamente estos:
- Entramos en los ajustes del sistema.
- Elegimos la opción Seguridad y privacidad.
- Buscamos la opción Bloqueo de aplicaciones.
- Nos desplazamos hasta encontrar la app de WhatsApp y activamos su interruptor.
- Ahora, nos vamos de nuevo a Ajustes > Seguridad y Privacidad.
- Entramos en la opción ID de huella digital (nos pedirá que introduzcamos la clave de bloqueo del teléfono).
- Activamos la opción Acceder al bloqueo de aplicaciones.
- Para confirmar, nos pedirá que indiquemos de nuevo el PIN y ya lo tendremos activado.
Bloquear con reconocimiento facial
En el caso de que queramos utilizar nuestra propia cara para poder desbloquear WhatsApp, en dispositivos Android lo vamos a tener que hacer desde los ajustes del sistema, ya que es una función que la famosa aplicación de mensajería no ofrece de forma nativa como ocurre con la de la huella dactilar. Para dispositivos iOS, en el caso de que el modelo de iPhone cuente con TouchID y FaceID, podremos activarlo siguiendo los pasos que acabamos de indicar en el apartado anterior.
En el entorno de Google, los pasos a seguir son prácticamente idénticos a los mencionados para activar el desbloqueo por huella dactilar desde los ajustes del sistema. Lo primero que tenemos que hacer es entrar en los Ajustes de nuestro móvil, tocar sobre la opción Seguridad y Privacidad y a continuación en Bloqueo de aplicaciones. Esto nos pedirá que indiquemos el código PIN que hemos elegido para la configuración de nuestra huella dactilar y a continuación nos aparecerá el listado de aplicaciones instaladas en el móvil.
Imagina que si hay castigos por mirar el WhatsApp de otra persona desde su móvil sin autorización, las penas por hacerlo desde tu terminal después de haber intentado hackearle la cuenta a tu víctima, serán todavía mayores. Por ello, no hay que exponerse a este tipo de riesgos y, para evitar cualquier problema, es recomendable alejarse lo máximo posible de la idea del espionaje de WhatsApp. Con este tipo de concepto lo único que puede ocurrir es que acabemos teniendo problemas, ya sean legales por haber intentado espiar, o técnicos debido a que nuestro móvil haya caído en manos de ciberdelincuentes. Por suerte, cada vez menos personas caen en este tipo de estafas y los programas que prometen espiar van reduciendo su presencia en la red.
Si quieres entender mejor la magnitud de lo que puede ocurrir cuando haces la descarga de una de estas aplicaciones de supuesto espionaje, te diremos que, al hacerlo, te expondrás a cuatro grandes riesgos. El primero de ellos es el obvio y que ya hemos comentado. Tú no podrás espiar con una de esas apps de WhatsApp, pero los hackers sí que te podrán espiar a ti, puesto que habrás instalado un troyano o malware que les dará vía libre para hacerlo.
El segundo de los riesgos es la forma en la que estos delincuentes podrían usar el que han tenido a tu dispositivo para suscribirte a servicios de SMS. Esto puede parecer algo en desuso, pero se trata de un tipo de estafa muy vigente que sigue provocando grandes pérdidas económicas a las personas que lo sufren. Como tercer riesgo se encuentra el robo de contraseñas, nombres de y otros credenciales. Por intentar descargar una app de espionaje podrías estar compartiendo con los hackers todas tus cuentas de y s privados, lo que derivaría en que puedas perder grandes cantidades de dinero.
Como último riesgo, los delincuentes también pueden utilizar sus virus para bloquear tu dispositivo y pedir el pago de un rescate a cambio de recuperarlo. Eso podría ser algo desastroso y que acabe en que sufras no solo la pérdida económica, sino también el dolor de cabeza de perder el a tu dispositivo. Además de todo ello, el caer en las garras de estos cibercriminales puede tener otras muchas consecuencias igual de problemáticas.
Aunque ya lo hemos mencionado antes, hay que tener en cuenta siempre que estas apps de espionaje no son reales y que, si están disponibles, es porque se trata de virus camuflados. Los hackers se aprovechan de ello para continuar con sus procesos de infección, así que hay que estar mentalizados de ello para así no caer en la trampa.