Mercurio es el planeta más pequeño del Sistema Solar, pero eso no significa que no pueda estar guardando un secreto que nadie se habría planteado. La NASA acaba de descubrirlo y los científicos se han quedado perplejos al encontrarse con un hallazgo que, en estos tiempos, ha dejado a todo el mundo muy sorprendido. Ahora se abren nuevas oportunidades para seguir investigando este planeta que todavía podría guardar más secretos.
Desde mucho tiempo atrás, Mercurio ha resultado ser un misterio para los astrónomos. El planeta tiene más capas de las que se podría creer y genera muchas dudas y preguntas que los especialistas esperan poder responder algún día. Su denso núcleo o que la era volcánica del planeta acabase mucho antes de lo habitual, son factores que siempre han llamado la atención. Ahora, ese misterio que rodea a Mercurio crece más debido a este descubrimiento.
Una capa de diamante
Gracias a la información que ha proporcionado la misión Messenger de la NASA, los científicos han descubierto que hay algo todavía más extraño que la oscura superficie del planeta. Se trata de la presencia de una gruesa capa de diamante que tiene un espesor superior a los 16 km y que estaría bajo la corteza del planeta.
Para poner a prueba todos los datos, el equipo de científicos al frente del proyecto ha realizado simulaciones en sus laboratorios de la Tierra a fin de comprobar cómo actúan las temperaturas y presiones de Mercurio. Esto les ha proporcionado datos suficientes para plantearse varias teorías que podrían explicar la presencia de este manto de diamante alrededor del planeta. Mencionan que, en una de sus teorías, el planeta tenía un núcleo totalmente líquido que se fue cristalizando con el paso de las épocas.
Eso explicaría el motivo por el cual el grosor de la capa de diamante es tan elevado, puesto que si solo se hubiera formado como efecto de los océanos de lava sería mucho más delgada. El diamante habría ido desplazándose con el paso del tiempo hacia el núcleo del planeta y su manto hasta formarse una capa de 1 kilómetro que habría ido creciendo con el transcurso de los años. Según dicen, también ayudó a la formación de esa capa de diamante el que Mercurio tenga más carbono que oxígeno, lo que sumado a su cercanía al Sol habría llevado hasta esa curiosa característica recién descubierta. En base a esto, ahora esperan que, tomando esta información de referencia, puedan seguir resolviendo misterios sobre el planeta.