Para ti, perder una noche de sueño y quedarte estudiando, trabajando o realizando cualquier actividad de ocio, puede no tener consecuencias. Pero lo cierto es que las implicaciones de hacerlo son superiores a lo que puedas imaginar. Los científicos avisan de la manera en la que una noche sin dormir puede afectar directamente a tu estabilidad emocional.
Quizá la próxima vez que decidas quedarte una noche sin dormir por elección propia te lo pienses dos veces. Distintos estudios y experimentos del sueño que se han realizado a lo largo de los años han confirmado que pasar 24 horas sin dormir puede llegar a afectarte mucho más de lo que imaginas. Ahora una nueva investigación aporta nuevos datos y desvela ciertos aspectos que ayudan a entenderlo todo mejor.
El impacto negativo de no dormir
Tomamos de referencia el texto que ha publicado el científico Eti Ben Simon en Scientific American, donde cuenta los resultados de sus experimentos. Menciona que, durante un periodo de tiempo, tuvo que sacrificar las noches de los viernes por motivos de trabajo. Junto a él, había un equipo que se encontraba en la misma situación. En poco tiempo se llegó a dar cuenta de que ellos se habían convertido en parte del experimento.
Y cuando llevaba dos meses con esa rutina, un día se encontró llorando en el coche mientras escuchaba una canción romántica. No le había pasado nunca y no entendió el motivo hasta que dedujo que todo estaba relacionado con esa forma en la que afectaba a su cerebro. En ese momento, entendió que sus emociones se encontraban al límite y que la fragilidad que estaba sufriendo era debido a todo el sueño perdido que había acumulado. Pero su caso no es precisamente el único.
Militares poniendo a prueba sus límites
El ejército estadounidense ha realizado muchos experimentos con la intención de descubrir dónde se encuentran los límites de las personas en cuanto al tiempo que se puede pasar sin necesidad de dormir. Descubrieron que, a partir de las tres noches, el cerebro ya comenzaba sufrir problemas importantes. Por ejemplo, soldados que habían sido muy calmados, educados y de comportamiento comedido, se dejaban llevar por emociones nuevas, por el descontrol e incluso por la agresividad.
Otros manifestaban alucinaciones y todo tipo de historias que se formaban en su cerebro dentro del proceso de falta de sueño. Algunos mencionaban que creían estar en misión secreta por orden del presidente, mientras que otros realizaron declaraciones igual de extrañas. En un estudio paralelo llevado a cabo entre civiles, hubo quienes aseguraron que habían sentido fantasmas tocándoles o incluso que habían visto extraterrestres. Pero, en todos los casos, se reflejaba que, después de un día durmiendo tras finalizar el experimento, se recuperaba la cordura y se llegaba a olvidar absolutamente todo lo ocurrido en ese estado inestable durante las pruebas.
El descontrol en la gestión de las emociones demuestra que aumenta en el caso de personas que duermen menos de 6 horas al día o en aquellas que se han pasado cinco días durmiendo solo cuatro horas al día. Si tú encajas en uno de estos perfiles quizá entiendas por qué estás más sensible de lo habitual durante el día, por qué tienes malas reacciones o se te pone mal humor en casos en los que no parece haber motivo. En conclusión: tenemos que dormir más.