Nuevo capítulo en la guerra arancelaria iniciada por la istración Trump que, ahora, ha visto cómo se ha estrellado con la Justicia. Concretamente, contra el Tribunal Internacional de Comercio de Estados Unidos, que ha declarado los aranceles como ilegales. Te contamos cuáles son los motivos que se esconden detrás de esta decisión.
Un varapalo judicial contra la istración Trump ha sacudido el mundo hace unas pocas horas. Tras semanas de constantes amenazas por parte del actual presidente de Estados Unidos hacia la inmensa mayoría de los países del mundo, la Justicia se ha pronunciado y ha declarado la ilegalidad de los aranceles.
Una resolución que no solo ha provocado el enfado de la Casa Blanca, que ya ha anunciado su intención de recurrir, sino que ha animado a los mercados bursátiles, que han recibido con los brazos abiertos esta noticia. Pero, ¿cuáles son los motivos que respaldan esta decisión?
El origen: una demanda de una docena de Estados demócratas
Tenemos que retroceder en el tiempo para dar con el origen del problema. El miércoles 23 de abril, una docena de Estados liderados por Nueva York se unieron y presentaron una demanda, junto a un grupo de pequeñas empresas, ante el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos por los aranceles impuestos por Trump.
Los Estados consideraban que Trump había eludido la autoridad del Congreso, órgano que debería haber aprobado esta decisión, al ampararse directamente en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, conocida como IEEPA y que data de 1977. Sin embargo, los gobiernos únicamente pueden ampararse en dicha ley si, efectivamente, existe una declaración de emergencia nacional.
Trump, conocedor de esta norma, sí que aprobó diferentes declaraciones de emergencia nacional. Sin embargo, el uso que hizo de estos poderes es bastante discutible y este ha sido uno de los grandes fundamentos que se han usado para tumbar la política aprobada, como veremos más adelante.
La IEEPA puede ser utilizada en el caso de que Estados Unidos se hubiera encontrado ante una emergencia no bélica que supusiera una “amenaza inusual y extraordinaria”. Un conjunto de ingredientes que, evidentemente, no se cumplían y provocaron un caos económico a nivel mundial.
Fin a los aranceles recíprocos
Los tres jueces que han dictado sentencia han declarado ilegales la inmensa mayoría de los aranceles. Entre ellos, los más importantes, como los aranceles recíprocos que se dieron a conocer en el Día de la Liberación. Además, también quedan anulados los impuestos a Canadá y México y el castigo a China.
Para argumentar su decisión, la interpretación de los jueces sobre la IEEPA ha sido clave, puesto que el tribunal ha declarado que “no interpreta que la IEEPA confiera tal autoridad ilimitada y anula los aranceles impugnados impuestos en virtud de la misma”.
No obstante, sí que se mantienen otros gravámenes, que no han sido considerados como ilegales. Concretamente, el 25% sobre el acero y el aluminio, así como los gravámenes que afectan al sector del automóvil.
Esto no ha terminado
La sentencia dictada por el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos no ha sido suficiente para que la istración Trump se dé por vencida después de haber sembrado el pánico comercial a nivel internacional. De hecho, instantes después la Casa Blanca ha afirmado que “se compromete a utilizar todos los recursos del poder ejecutivo para abordar esta crisis y restaurar la grandeza estadounidense”.
Kush Desai, subsecretario de prensa de la Casa Blanca, ha declarado que “no les corresponde a jueces no electos decidir cómo abordar adecuadamente una emergencia nacional”. Una apelación que, en el caso de que prospere, obligaría a la Corte Suprema a involucrarse en el conflicto internacional liderado por Trump.
Diez días de plazo
Por delante, la Casa Blanca tiene un plazo de diez días naturales para que las órdenes istrativas hagan efectiva la suspensión de todos los aranceles que son considerados anticonstitucionales.
En el caso de que la apelación siga avanzando y llegue a los estamentos más altos, la inmensa mayoría de los gravámenes se mantendrán paralizados hasta que exista una resolución final. Por ahora, solo queda esperar a ver cómo evolucionan las resoluciones.