Aunque se había comentado recientemente que Vodafone era una de las operadoras que más cerca se encontraban de realizar la adquisición de Adamo, todo apunta a que ha decidido abandonar la operación. Con esta última decisión, la entidad continúa en la línea de decisiones en la que ya la hemos visto en los últimos días.
El operador Adamo, el cual dispone de una amplia red de clientes en el entorno rural, podría haber sido un interesante añadido estratégico para Vodafone España. Desde que se planteó la operación de venta, a la cual también se habían vinculado los nombres de Telefónica Movistar y de MasOrange, resultó, a todas luces, una posible compra realmente interesante. Pero Vodafone parece que, al final, ha decidido retirarse de la posible compra y mantener el status quo en el que está encajando recientemente. Leemos de ello en Merca2, donde fuentes conocedoras de la situación les han confirmado la negativa de Vodafone a la operación.
Reduciendo costes
Ayer comentábamos que Vodafone había rechazado la frecuencia de 5G que le cedía gratis MasOrange porque habría supuesto incrementar sus gastos anuales. Eso ya refleja claramente el perfil que quiere adoptar la operadora en estos momentos. Su principal objetivo es reducir los gastos lo máximo posible y no añadir nuevos que puedan hacer que la curva de crecimiento resulte más complicada. Por ello, esta operación no les habría causado un interés definitivo ni por la cantidad que estaban dispuestos a ofrecer ni, por supuesto, por la que estaba interesada en conseguir la propietaria de Adamo.
Con anterioridad, como decíamos, también se habían visto tentadas por la posibilidad tanto Movistar como MasOrange y la propia Digi, siendo esta última otra de las posibles interesadas en su momento. Pero el negocio rural de Adamo podría estar encontrándose con dificultades para encontrar nuevo propietario. Al fin y al cabo, había muchas posibilidades de que fuera Vodafone quien se hiciera con la superficie de unidades inmobiliarias que utilizan el servicio de la operadora rural.
Si Adamo resulta una opción interesante es porque, en las zonas donde tiene presencia, no suele haber muchas alternativas. Eso implica que son clientes seguros, lo que para muchas operadoras resultaría muy atractivo. De todas formas, con un valor de 300 millones y aunque la operación de venta termine en una cifra inferior, sigue siendo una operación ligeramente compleja. Eso sí, con la salida de Vodafone de la ecuación, es obvio que otras candidatas podrían tener más facilidades para hacerse con el negocio mayorista de Adamo.