El verano ya está aquí y el calor lleva ya un par de semanas apretando fuerte en toda la península. Para combatirlo y sobrevivir a las altas temperaturas, el aire acondicionado se convierte en tu mejor aliado, pero será el gran enemigo de tu factura eléctrica.
Muchos hogares experimentan subidas de entre 50 y 100 euros mensuales durante los meses más calurosos del año, simplemente por no utilizar correctamente este sistema. Lo más curioso es que existen una termostato, el consumo energético puede aumentar entre un 7 % y un 10 %. Lo ideal, según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), es fijar el aire acondicionado en 26 ºC durante el día, pudiéndola subir hasta un par de grados por la noche o activar el modo noche (si lo tiene). La diferencia con los habituales 22 o 23 grados que solemos establecer puede no parecer mucho en cuanto a la sensación térmica se refiere, pero sí lo es para tu bolsillo. Solo con esto puedes ahorrar entre 15 y 25 euros al mes.
Otro factor muy importante es el modo de funcionamiento del aparato. Los más modernos tienen un modo eco o de ahorro de energía, que adapta la potencia del compresor para mantener la temperatura sin hacer sobreesfuerzos, llegando a consumir incluso un 30 % menos que con el modo normal o modo «frío». Además, si tu aparato cuenta con temporizador, deberías activarlo y configurarlo estratégicamente (por ejemplo entre las 14:00 y las 18:00) para reducir enormemente el gasto. Lo que a toda costa debes evitar es dejarlo encendido durante toda la noche.

También es importante prestar atención a la ubicación del equipo y al mantenimiento. Si el sensor de temperatura está cerca de una fuente de calor (como una ventana con sol directo) o mal orientado, es posible que el aparato trabaje más de lo necesario. Además, los filtros sucios hacen que el aire circule peor y el equipo tenga que trabajar con más intensidad, por lo que limpiarlos al menos una vez al mes no solo mejora la calidad del aire que respiras, también alargará la vida útil del aparato y reducirá el consumo. La limpieza del intercambiador exterior, el que suele estar en el balcón o la fachada, también es esencial. Si el ventilador del aire acondicionado está obstruido o con suciedad, puede elevar el consumo hasta un 20 %.
Cómo evitar el calor en nuestro hogar
Pero no basta con saber cómo usar correctamente el aire acondicionado, sino que también es clave reducir al máximo la necesidad de encenderlo, manteniendo nuestra casa fresca con métodos alternativos que ayuden a combatir el calor.
- Usar cortinas térmicas o estores reflectantes, que eviten que el sol caliente se proyecte al interior de nuestra vivienda durante el día.
- Ventilar a primera hora de la mañana y después cerrar las ventanas y bajar las persianas. Es una estrategia muy eficaz para mantener la estancia a una temperatura agradable sin encender el aire hasta el mediodía.
- Prioriza el uso de ventiladores de techo, que en combinación con el aire acondicionado, ayudarán a distribuir mejor el aire fresco y permitir que el aparato funcione en un rango más alto.
- Cocinar en horas de menos calor.
- Evitar usar el horno o la secadora y desenchufar aquellos aparatos que emitan calor, como videoconsolas o cargadores.
Parecen pequeños detalles, pero pueden ayudarte reducir el uso del aire considerablemente, lo que se traducirá directamente en una factura menor.
Por último, si estás pensando en renovar tu equipo, apuesta por uno con etiqueta energética A++ o A+++. Aunque el precio inicial sea más elevado, la diferencia de consumo frente a un aparato antiguo puede ser enorme. En una vivienda media, un aire acondicionado eficiente puede suponer hasta 200 euros de ahorro por temporada frente a uno con más de diez años de antigüedad.
Así que ya sabes, prueba todos estos métodos durante este verano y verás como ahorras en tu factura. No podrás decir que no lo sabías.