La mayoría de casas españolas tienen conexión a Internet propia. Rara vez un hogar no contrata un servicio para conectarse al WiFi. Los dispositivos inteligentes son cada vez más comunes, y normalmente las familias cuentan con al menoos un ordenador o un smartphone con el que hacen uso de la red doméstica. Sin embargo, todavía hay muchas incógnitas con la tecnología del WiFi. A veces, sufrimos fallos con la señal de nuestra red a causa de interferencias que se generan. Por ese motivo, conviene saber qué son los canales WiFi y cómo estos pueden ayudarnos a resolver este tipo de dificultades.
Una conexión de este tipo tiende a ser mucho más estable y reduce los problemas de interferencia que puede haber con la señal inalámbrica. Sin embargo, no todos los dispositivos pueden conectarse de este modo ni es lo más práctico en la actualidad. Los ordenadores o una consola puedes conectarlos con Ethernet, pero no un móvil o tablet. Tampoco sirve de nada que la conexión sea buena por cable si tenemos muchos aparatos IoT por casa. Por eso, hay que prestar atención a la conexión WiFi y asegurarnos de que esta no sea mala.
En este tipo de conexiones inalámbricas, el router es nuestra fuente de conexión. Sin embargo, si vivimos en un bloque de vecinos, seguro que la mayoría de ellas cuenta con su propio router. Esto hace que en nuestro entorno se mezclen todas las señales de las distintas redes ocupando las mismas bandas de frecuencia.
Esta situación hace que en la mayoría de las ocasiones nos encontremos con problemas de interferencias. Por lo tanto, una buena solución es cambiar nuestro canal. Pero ¿qué son los canales WiFi y cómo podemos cambiar de uno a otro?
¿Qué son los canales WiFi?
Una buena forma de entender cómo funcionan los canales de una red inalámbrica es usar el símil de la radio y sus distintas frecuencias. Por ejemplo, en la banda FM de la radio, podemos encontrarnos varias emisoras. Todas ellas con diferentes frecuencias. A diferencia de los canales de radio, en las redes WiFi las frecuencias se miden en GHz en lugar de Mhz. De ahí que podemos haber visto en muchas ocasiones WiFi 2,4GHz. Eso no significa otra cosa que la transmisión de datos se realiza en la frecuencia de los 2,4 GHz.
Al cambiar de canal, estaremos cambiando la frecuencia de transmisión. Es decir, los canales WiFi son aquellos que nos indicarán en qué rango de frecuencia nos encontramos. De esta manera, los s pueden cambiar el canal que utilizan para conectarse a la red siempre que detecten que la conexión es lenta o inestable.

Los estándares 802.11b y 802.11g utilizan la banda de 2,4GHz, donde se definieron los distintos canales utilizables por equipos inalámbricos y que se pueden configurar en función de las necesidades de cada uno. Sin embargo, es importante saber que estos canales no son completamente independientes. Es decir, un canal se superpone y produce interferencias hasta otro canal a 4 canales de distancia.
Esta banda de 2,4GHz asignada a la conectividad WiFi tiene una amplitud de 100MHz, por lo que alcanza hasta los 2,5GHz. El ancho de banda de la señal, 22MHz, es superior a la separación entre canales consecutivos, 5 MHz, de ahí que sea necesaria una separación de al menos 5 canales para evitar interferencias. De esta manera, se logra una separación de 25MHz lo cual es mayor que el ancho de banda que utiliza cada canal en el estándar 802.11, ya que en este caso es de 22MHz. Esto hace que sea recomendable utilizar los canales 1, 6 y 11 para un mejor rendimiento de nuestra red.
¿Por qué existen interferencias en el WiFi?
En el espacio radioeléctrico hay varios motivos por los que se pueden crear interferencias al WiFi. El hecho de que varios dispositivos estén usando el mismo canal para las comunicaciones o canales adyacentes provoca que se produzca un solapamiento en las frecuencias y que surjan las interferencias.
Además, en el propio espacio radioeléctrico podemos encontrar otras ondas que no funcionan bajo el mismo estándar y que también compiten por hacerse un hueco. Esto también puede generar también interferencias y problemas en nuestra conexión.
Para este tipo de conexiones se utiliza la banda de 2,4GHz y hasta los 2,5GHz, que cada canal ocupa 20MHz. En nuestro país, ese rango de banda se tiene que dividir para un total de 13 canales y esto hace que los canales se superpongan. Es decir, si dividimos el espacio disponible de los 2,4GHz hasta los 2,5GHz entre todos los canales. De este modo, no hay espacio suficiente para todos y esto hace que se tengan que superponer unos con otros.

Como se puede apreciar en el esquema de arriba, el canal 1 se llega a solapar con los canales 2, 3, 4 e incluso el 5 y así sucesivamente. El gráfico demuestra que los canales se superponen en ciertos puntos. Podemos ver que los canales 1, 6 y 11 no se solapan entre ellos, de ahí que usar estos canales sería la forma de conseguir que tres redes no tuvieran interferencias entre ellas.
En este problema pueden entrar en juego distintas cosas. Estas van desde la forma en que está configurado nuestro router inalámbrico hasta el lugar y la zona que hemos escogido para colocarlo, por ejemplo.
Largas distancias entre dispositivos WiFi
Otro motivo que puede causar interferencias en la señal a Internet del hogar es la distancia de los dispositivos con el router. Si bien los routers están pensados para tener un gran alcance, este es limitado y la tecnología inalámbrica no es infinita. Por poner un ejemplo, si utiliza un punto de WiFi 802.11b/g, la red puede llegar a los 60 metros en el interior de una vivienda y hasta los 400 metros en exteriores.
Este problema suele darse sobre todo en las casas con pasillos muy largos. Imagínate que tienes el router en un salón que está en un lado del piso y, en la otra punta, está tu cuarto: posiblemente tengas caídas de Internet. La solución a esto podría ser cambiar de canal a uno con mayor alcance o emplear routers de malla o amplificadores.
Obstáculos entre el router y los dispositivos
No siempre estamos en la misma sala en la que está el router. Eso implica que, entre medio, hay paredes, techos, muebles, puertas y más artefactos que pueden afectar a la señal. En las ciudades, los principales obstáculos para las señales de radio son los edificios. En interiores, los espejos y los vidrios polarizados también pueden causar interferencias en la señal de radio. Incluso el cuerpo humano debilita la señal en unos 3 dB.
Inconvenientes al aire libre
Cuando queremos conectarnos a un WiFi al aire libre (en tu jardín o en un parque con conexión gratuita, por ejemplo), el terreno también puede generar interferencias. Al igual que las puertas y paredes, en el exterior tenemos árboles o colinas que pueden perjudicar la calidad de la señal transmitida.
Otra cosa que puede afectar a la conexión en la calle es el tiempo. Las precipitaciones como la lluvia, la nieve o el granizo, las tormentas eléctricas, etc. El clima meteorológico también puede ocasionar interferencias.
Los electrodomésticos o dispositivos Bluetooth
Pocas personas lo saben, pero lo cierto es que hay muchos electrodomésticos o dispositivos que funcionan con con Bluetooth (inalámbricos) que también reducen la calidad del WiFi al que nos conectamos. Desde los microondas a las cámaras de vigilancia, pasando por micrófonos o el televisor.
Todo repercute a las conexiones del router. En especial, perjudican en la banda de frecuencia de 2,4 GHz, ya que los aparatos inalámbricos muchas veces la usan.
Aunque por desgracia estas causas se producen prácticamente en todo momento, hay un factor determinante a la hora de verse afectado por estas interferencias: la intensidad de señal, donde, para detectar estas interferencias, es necesario contar con un analizador de espectro, un hardware específico para captar este tipo de señales.
Ahora bien; para solucionar este tipo problemas (y hacer el proceso más sencillo), lo mejor será optar por modificar los ajustes de nuestro router y elegir un nuevo canal en el que no haya tanta competencia, evitando lograr porque el resto de redes se solapen con la nuestra, consiguiendo optimizar el rendimiento de tu conexión, como vamos a ver en las siguientes líneas.
Cómo elegir los mejores canales
Teniendo en cuenta todo lo que hemos dicho hasta ahora, queda claro que la falta de señal o baja intensidad en una red WiFi puede ser debido al uso de un canal saturado o con gran cantidad de interferencias. Ahora bien, ¿cómo podemos saber qué canal está utilizando nuestra conexión?
Lo cierto es que hay ciertos modelos de router que cuentan con un analizador de espectro integrado y que nos puede ayudar en esta tarea, pero quizás lo mejor es recurrir a alguna de las muchas aplicaciones que nos permiten obtener esta información de manera muy sencilla.
Para conocer las redes inalámbricas de nuestro alrededor y el canal que está usando cada una de ellas, basta con abrir una ventana del símbolo del sistema o CMD y ejecutar el comando netsh wlan show all. Ahí podremos encontrar un montón de información, pero la que nos interesa en este caso es comprobar todas las redes WiFi que tenemos a nuestro alcance y el canal que está usando cada una para elegir bien el canal de nuestra red y así evitar el uso de canales saturados o la mayor cantidad de interferencias posibles.

También podemos echar mano de otras herramientas más completas, como es el caso de InSSIDer, una de las más populares. Además, esta plataforma la podemos usar de forma totalmente gratis. Eso sí, tendremos que registrarnos previamente en la web.
Una vez instalada, abrimos la herramienta en nuestro equipo y veremos que además de ofrecernos un listado con todas las redes WiFi detectadas a nuestro alrededor, podremos ver también el canal que utiliza cada una de ellas, potencia y qué canales son los que se están superponiendo de cada una de ellas. Toda esta información nos ayudará a decidir qué canal elegir para nuestra red con el objetivo de evitar interferencias o canales más colapsados.

Desde el propio móvil también podemos ver esta información si contamos con una app como WiFi Analyzer. Esta la podemos descargar gratuitamente, como en el caso anterior, pero solo está diponible para móviles Android. Su uso es muy sencillo, con el simple hecho de abrir la app en nuestro móvil, veremos cómo se nos muestra una gráfica con todas las redes a nuestro alcance.
Pero sin duda, una de las funciones más útiles en este sentido es su analizador de canales, que nos mostrará los canales más recomendados para nuestra red en función de los saturado que éste el espectro en nuestra zona.
El ancho de banda del WiFi: 20 MHz, 40 MHz o 80 MHz
Hay varios estándares WiFi. Los más utilizados actualmente son el 802.11n por un lado, y el 802.11ac por otro. Y se hace esta diferencia porque el primero utiliza dos bandas con canales de 20 MHz de amplitud. La amplitud es la que determina la tasa de transferencia de información para una mayor o menor velocidad máxima teórica. Este estándar ofrece la posibilidad de operar con una amplitud de canal, o ancho de banda de 40 MHz uniendo dos canales de 20 MHz para ello. Pero hay limitaciones, en tanto que se utilizan 13 canales de 20 MHz, y el espectro está ampliamente saturado por la cantidad de dispositivos que funcionan sobre la banda de 2,4 GHz, generando interferencias entre ellos y colapsos en el intercambio de datos.

Sobre el estándar 802.11ac la cosa es diferente, porque el WiFi opera sobre la banda de 5 GHz con mayor cantidad de canales y un mayor ancho de banda posible. En entornos de reducida densidad de dispositivos operando con WiFi sí, lo ideal sería utilizar un mayor ancho de banda por canal para permitir un mayor flujo de transferencia –más velocidad- entre el router y los dispositivos conectados. Sin embargo, la realidad es que la saturación del espacio radioeléctrico asignado al WiFi es tal, especialmente en la banda de 1,4 GHz, que utilizar un ancho de banda de 40 MHz puede provocar importantes problemas de interferencias entre estos dispositivos.

En la configuración del router, para dispositivos sobre el estándar 802.11n, se trabaja sobre las dos bandas. Podemos escoger un ancho de banda de 20 MHz en ambos canales, de 40 MHz en los dos también, o bien de 20 MHz en 2,4 GHz y 40 MHz en 5 GHz. El mayor ancho de banda permite un ‘carril’ más ancho para el intercambio de datos, luego mayor velocidad de transferencia teórica. Pero es donde entra el riesgo de interferencia por saturación del espacio radioeléctrico en un determinado entorno. Por eso, no siempre es mejor un mayor ancho de banda, en tanto que puede producir inestabilidad sobre la red inalámbrica y la conexión con dispositivos. La señal se degrada por interferencias entre canales.
En equipos 802.11ac, aún escasos, actualmente se puede aún aprovechar el ancho de banda de 80 MHz para conseguir las máximas prestaciones de la conexión WiFi. Sin embargo, en el futuro es posible que, como ocurre ahora con los 2,4 GHz, tengamos que ‘migrar’ a 40 o incluso 20 MHz para lidiar con la saturación de red. Todo esto quiere decir que la configuración ideal teórica pasa por un mayor ancho de banda, pero que hay que analizar el entorno para saber cuál es realmente la configuración que más conviene, precisamente por la saturación de dispositivos trabajando sobre el espectro.
Pasos a seguir para cambiar el canal de tu red WiFi
Para poder cambiar el canal que está usando nuestra red, lo primero que tenemos que hacer es acceder al menú de configuración del router. Lo primero será saber cuales son las claves de , que podrán variar dependiendo del modelo del dispositivo y el proveedor de los servicios. Si no nos sabemos los datos de podemos probar con /, 1234/1234, /1234 o cualquier combinación entre ambos.
Si no conseguimos entrar, miraremos en la pegatina que se encuentra en la parte trasera del router, donde posiblemente encuentres tanto el como la contraseña. En el caso de Vodafone por ejemplo el es «vodafone» y no «». Si por lo que fuera no encuentras en la pegatina esos datos (no confundir con el SSID y la contraseña para conectarte a tu red WiFi), entonces tendremos que ponernos en o con nuestro proveedor y solicitar las claves de .
Una vez lo tengamos, lo primero será abrir una ventana de nuestro navegador e introducir la dirección 192.168.1.1 o 192.168.0.1, que nos da a la istración del router de nuestra casa. Si no sabes cuál de las dos es la tuya, o no recuerdas estas direcciones, siempre lo puedes consultar a través del código ipconfig que podrás ejecutar desde el símbolo del sistema o CMD.
- Abre una ventana del símbolo del sistema en Windows.
- Introduce el código ipconfig y dale a Intro.
- Ahora fíjate en el valor de la última línea «puerta de predeterminada», que será la que deberás introducir en tu navegador en la barra donde introduces las URL para acceder a cualquier web.

Una vez dentro del menú del router, va a depender de cada modelo de router, pero tendremos que buscar la opción donde se muestra el canal utilizado por nuestra red. Por lo tanto, debemos buscar entre las opciones dentro de WiFi, Network WLAN o similar.
El proceso en Movistar
En el caso que mostramos a continuación, dentro del router de Movistar lo tenemos bastante sencillo. En la página que se nos muestra nada más entrar, veremos información sobre el nombre de nuestra red, si queremos ocultar su nombre o no, nivel de seguridad de la contraseña y justo debajo, es donde encontraremos los ajustes del Tipo de cifrado, encriptación y canal actual.

En el desplegable Número canal WiFi nos permite elegir entre Auto, Canal 1, Canal 6, Canal 11 o establecer uno fijo distinto a esos. De esta manera, podremos elegir el canal que queramos y guardar los datos. Es posible que tengamos que reiniciar el router para que se hagan efectivos y comencemos a usar el canal establecido.
El proceso en Vodafone
Por otro lado, en el caso de Vodafone tendremos que navegar hasta la pestaña «WiFi», y aquí encontraremos todos los parámetros que necesitamos modificar. Igual que en el caso anterior podemos poner el canal de forma automática, o seleccionar desde 1 hasta 5 en el caso de la señal WiFi de 2,4 GHz, mientras que para la señal WiFi de 5 GHz estos valores van desde 36 hasta 140 con saltos de 4. Es decir, 36, 40, 44, 48… El canal actual también está establecido como 11.

El proceso en Orange
Si tienes Orange instalado en casa, la interfaz de configuración del router es similar en cualquiera de los modelos Livebox. Para entrar a tu router tendrás que acceder a la interfaz mediante la puerta de enlace escribiendo 192.168.1.1 en la URL de tu navegador. Una vez hayas hecho esto, verás una página que te pide un y una contraseña. El s será de manera predeterminada y la contraseña será la misma de que tiene el WiFi por defecto. En caso de que hayas cambiado la contraseña del WiFi y no recuerdes la original, la podrás encontrar en la etiqueta situada en la parte inferior del router.
Ahora que ya has introducido la contraseña, podrás acceder a la configuración del router. Verás una pantalla principal con varias opciones en la barra superior en la que encontrarás opciones como «Mi red local», «Wi-Fi» «Mis archivos» y «Mi teléfono» entre otras. Deberás seleccionar la opción «Configuración avanzada» y hacer clic en la columna que verás en la izquierda en la opción «Configuración del Wi-Fi» para acceder a todas las opciones WiFi que permite tu router y para poder cambiar el canal de tu red.
Una vez hayas hecho esto, verás una serie de opciones que te permitirán cambiar los ajustes de tu red WiFi como el estado, activar o desactivar el WiFi inteligente o modificar el nombre y la contraseña. Debajo de estas opciones encontrarás los ajustes referentes a la banda y el canal. Solamente tendrás que hacer clic sobre el número del canal y veras un desplegable con las diferentes opciones que te ofrece el router. Selecciona el canal que mejor se adapte a tus necesidades y haz clic en guardar para que los cambios hagan efecto.

Wi-Fi 5GHz, la alternativa a la congestión de los 2.4GHz
Quizás muchos estén pensando por qué no se amplía la banda de los 2,4GHz hasta más allá de los 2,5GHz, pero lo cierto es que no es tan sencillo como parece. Sin embargo, a día de hoy ya hay ciertas alternativas para solucionar estos problemas y, además, contar con velocidades mucho más altas en las redes inalámbricas.
Conectarnos a uno u otro no es solo una decisión de velocidad, sino de calidad de conexión. Tanto es así, que ya hay routers de gama alta que cuentan con WiFi 5Ghz, aunque para que los dispositivos conectados a él también puedan aprovecharse de las ventajas de esta tecnología, deben ser compatibles con ella. Sin embargo, la gran mayoría de ordenadores, smartphones, tablets y todo tipo de dispositivos funcionan a través de la red de 2.4Ghz. Además de ofrecer mayores velocidades, la red de 5GHz están mucho más liberada, por lo que las interferencias son menores y por supuesto, cuenta con un amplio número de canales disponibles.

Las diferencias entre estas dos bandas son bastante evidentes en ciertos parámetros como os acabamos de contar, pero vamos a profundizar un poco más en ellos. El número de canales que utiliza la banda 2,4 GHZ es de 14, mientras que en el caso de los 5 GHZ este nuevo ascienda hasta los 25, siendo no superpuestos en ninguno de los dos casos. La velocidad máxima que se consigue con los 2,4 GHz es de unos 50 o 60 Mbps por segundo, algo que no está mal, pero si lo comparamos con los hasta 867 Mbps que consigue la banda de 5 GHz, entonces veremos que una está muy lejos de la otra. La única ventaja que sacan las redes 2,4 GHZ a las 5 GHz es que pueden llegar a dispositivos más alejados.
Puede ocurrir que haya sitios en nuestra casa en lo que o seremos capaces de tener los 5 GHz y nos quedará más remedio que utilizar los 2,4 GHz, pese a que su velocidad es menor. Esta falta de alcance es la gran desventaja de los 5 GHz, puesto que incluso, como ya hemos comentado, el nivel de interrupciones es mucho menos al estar menos masificado y al tener más canales, el uso se hace mucho más liviano y por lo tanto el nivel de parones y cortes es muchísimo menos numeroso que en el otro caso. La masificación de las rede 2,4 GHz suelen ser uno de los inconvenientes mayores que tiene y eso significa que tendremos menos fiabilidad, más cortes y mayor número de posibilidades de que suframos algún que otro parón o pico en lo que es la señal.
Evidentemente cualquier dispositivo que podamos conectar a los 5 GHz deberíamos aprovecharlo, pero siempre tenido claro que tengamos señal en todas las estancias, algo que, si no se cumple, deberías tener también el 2,4 GHz activo, para que en el momento que perdamos uno nos entre el siguiente directamente. Esta es una práctica buena, aunque el 5 GHz nos legue a todos los lugares de la casa. Principalmente conveniente es tener este tipo de banda en ordenadores, ya que con ellos podemos aprovechar todo el potencial, al menos con aquellos que sean mediantemente modernos. En el caso de smartphone o tablets, puede ser que alguno no sea compatible con este sistema, por lo que no nos quedará más remedio que utilizar la banda 2,4 GHz. Pero como os hemos comentado lo mejor es utilizar la banda 5 GHz siempre que se posible por velocidad y estabilidad.