En la línea que caracteriza a SpaceX, Starlink ignora las voces críticas que llegan desde las operadoras europeas y comienza con su proceso de prueba de las llamadas satélite directas a móvil. Esta tecnología, la cual planifica que será el futuro de las telecomunicaciones en llamadas de emergencia, está causando mucha polémica.
Hace unos días contábamos cómo las operadoras, entre ellas Telefónica, estaban apretando las tuercas a la FCC para que pusiera límites a Elon Musk y que evitara que su idea de llamadas satélite a móviles siguiera adelante. La carta que enviaron tenía una base muy sólida, una justificación y preocupación coherentes y estaba firmada por altos cargos de multitud de operadoras. Pero, aunque quizá esta decisión estaba tomada de antes, la FCC acaba de dar permiso a Musk para que pruebe las llamadas de satélite a móvil. Y ya ha comenzado a ponerlas en práctica en tres países.
Pruebas necesarias
Posiblemente, la FCC haya dado este visto bueno a Starlink porque quieren tener información de primera mano sobre si los temores de las operadoras europeas están fundamentados o no. Quieren, ante todo, comprobar si en la realización de estas llamadas por satélite se acaban produciendo interferencias o no con los servicios terrestres que ofrecen los operadores en la actualidad.
Respecto a las pruebas que se van a hacer en Japón, la FCC ha mencionado que Starlink tendrá que seguir todas las leyes y normas que estén establecidas en el país y ajustarse a las regulaciones. Para llevar a cabo este experimento en suelo japonés, Starlink va a contar con la colaboración de la operadora Rakuten. Los resultados de estas pruebas en Estados Unidos, Japón y Rumanía, podrían abrir el camino a que las llamadas de satélite a móvil de tipo Direct to Cell se acaben convirtiendo en una realidad.
Tal y como Elon Musk dijo anteriormente, su objetivo es que todos los s, estén donde estén, tengan la oportunidad de acceder a llamadas de emergencia en el caso de necesitarlo. Insiste en que sea algo de lo que se puedan beneficiar todas las personas sin tener que preocuparse de tener línea o no, por lo que podría marcar la diferencia si llega a ocurrir una catástrofe. Las operadoras europeas no están contentas con este proyecto, pero el mundo mira con interés los avances del mismo para ver qué termina ocurriendo al final.