Se trata de un robo de identidad que se ha cobrado los ahorros de demasiadas personas, y frente al que las operadoras deben ponerse muy serias.
La estafa del SIM swapping es un método bastante usado por los cibercriminales y que ha aumentado durante los últimos años. Consiste en acceder a cuentas bancarias o redes sociales de la víctima mediante un
En España, la Guardia Civil detuvo a principios de este mes a siete estafadores acusados de robar hasta 3.381.000 millones de euros mediante el SIM swapping. Su base de operaciones se encontraba en Venezuela.
En las últimas semanas, trabajadores de las operadoras estadounidenses T-Mobile y Verizon han comunicado haber sido adas por cibercriminales para pedirles ayuda en estas tramas a cambio de una determinada cuantía.
Implantar mayores controles de seguridad
En Estados Unidos, un caso reciente sirve de ejemplo para explicar este problema de colaboraciones entre trabajadores de las operadoras y criminales. Sin embargo, y hablando concretamente de este país, los clientes que han intentado denunciar a las operadoras no han tenido éxito en los procesos judiciales, ya que el robo de identidad se presupone como riesgo a correr al aceptar los servicios de telefonía.

Por tanto, las operadoras se enfrentan a dos problemas. Uno es ser capaces de autentificar correctamente a los clientes cuando solicitan hacer un cambio de SIM mediante la mejor tecnología disponible. Esto, sobre todo, teniendo en cuenta que estos procesos ahora se hacen online, haciendo la identificación más difícil que a través de un servicio presencial. El otro, asegurar que los empleados no tienen incentivos suficientes como para jugársela y colaborar con criminales.