Todos los dispositivos que usamos tienen vulnerabilidades. La mayoría de fabricantes, como Microsoft, los parchean cada mes con los fallos que van conociendo, pero por desgracia siempre hay alguno que es descubierto antes por hackers, y que buscan sacarle el mayor rédito económico. Hay empresas que se dedican a vender a estas vulnerabilidades mediante malware, pero afirman que sólo venden a gobiernos democráticos y que cumplen con los derechos humanos. Por desgracia, acaba de descubrirse que eso no es así.
La empresa israelí NSO Group opera de una manera que lleva años siendo polémica. Para ello, se dedican a recopilar vulnerabilidades, conocidas o no conocidas, de dispositivos que usamos a diario, como móviles iPhone o Android. Con ellas, elaboran software que permite acceder a dispositivos ajenos de manera remota.
El vulnerabilidad en WhatsApp que dio lugar al de sus fotos y mensajes con una amante. También tuvieron que ver en el hackeo a Jamal Khashoggi en 2018, el mismo año en el que fue asesinado en la embajada saudí de Turquía.