Uno de los mayores problemas que tienen la mayoría de los aparatos electrónicos hoy en día es que muchas veces pueden sufrir sobrecalentamiento. Por lo general todos estos dispositivos usan ventiladores para permitir la circulación del aire por el interior y así bajar la temperatura. Incluso hay ordenadores que además de usar estos también utilizan refrigeración líquida. Sin embargo, parece ser que un nuevo modelo de interruptor térmico podría ayudar a acabar con este problema. Está hecho de espuma de grafeno y puede aguantar el calor cuando hace frío o hacer que el calor se vaya cuando hace demasiada temperatura.
Las temperaturas elevadas son un gran enemigo de las baterías y de la electrónica en general. Lo recomendado es que las temperaturas en estos aparatos oscilen entre los 0 y los 45 grados. En caso de superar esa temperatura, esto puede provocar un desgaste de la batería.
Un uso más para el grafeno
Evitar la generación de calor es una tarea complicada porque los propios componentes de la batería generan mucha temperatura.
El hecho de que a día de hoy se fabriquen dispositivos cada vez más potentes y de menor tamaño hace que la gestión del calor en estos aparatos sea una tarea cada vez más importante.
Tambien se hizo otro experimento en el que se simuló un ambiente de la vida real (con temperaturas entre 0 y 30 grados) y se colocó la espuma de grafeno sobre de una fuente de calor que simulaba un dispositivo electrónico.
Los resultados fueron un éxito rotundo, ya que se estabilizó la temperatura en los diferentes rangos de temperaturas ambientales.
Los investigadores creen que este nuevo sistema de control de temperatura es ideal para dispositivos como Smartphones, aunque también podría aplicarse a coches eléctricos, ya que sus baterías pueden sufrir con las altas temperaturas.