Actualmente la tecnología y su evolución provocan que cada vez existan más objetos que funcionan de forma autónoma y que no necesitan de ningún piloto para ser manejadas. Aun así, aún hay sistemas que necesitan ser controlados.
Inglaterra ha invertido casi cinco millones de dólares en un programa que le permitirá desarrollar una serie de proyectiles que podrán hablar entre sí. Este nuevo proyecto de armas tecnológicas supone un paso al frente y un avance en el ámbito militar.
El progreso del control remoto
Hace más de 50 años que se comenzaron a inventar armas por control remoto que se debían manejar por una persona, pero nunca de forma automatizada.
Sin embargo, en la actualidad la tecnología permite el desarrollo de armas que permiten compilar información, valorar circunstancias y cambiar decisiones en el último momento para conseguir los propósitos que los cuerpos militares deseen. Para que estas armas sean poderosas y se puedan aprovechar lo máximo posible, hay que hacerlas funcionar entre varias personas.
Existe un problema claro de comunicación, ya que las personas que controlan estos dispositivos pueden comunicarse entre sí, pero un artefacto disparado que se mueve de forma autónoma no puede hablar con otro dispositivo.
A día de hoy los misiles pueden hablar entre si gracias al soporte con el que funcionan, pero eso no es sinónimo de que puedan comunicarse entre sí. La meta principal de esta investigación es averiguar como el trato entre los artefactos y su conducta en conjunto se puede conseguir haciendo que los servicios militares de Inglaterra cuenten con esta nueva tecnología en su futuro.