Gracias a sus propiedades singulares como la conductividad térmica, la resistencia y la ligereza, el grafeno se considera un material potencialmente revolucionario para varios sectores. Los científicos ya han comenzado a probar dispositivos de gestión térmica basados en grafeno para su futura aplicación espacial.
Las propiedades únicas del grafeno permitirán futuras exploraciones espaciales siendo capaces de mejorar potencialmente el rendimiento de dispositivos de gestión térmica para aplicaciones cósmicas, incluso en la Estación Espacial Internacional en los próximos años, así como proteger la salud de los astronautas y mejorar la propulsión de las naves.
Monitorización de la salud de los astronautas
Las agencias espaciales y empresa privadas como SpaceX quieren enviar astronautas en misiones largas tanto a la Luna como a Marte, siendo una de las preocupaciones fundamentales la salud de los astronautas. En el espacio y lejos de la Tierra sin contar con una asistencia médica, que un astronauta caiga enfermo puede dar lugar a un diagnóstico bastante complicado. En uno de los congresos anuales de la iniciativa Graphene Flagship de la Unión Europea celebrado en San Sebastián en 2018, algunos expertos internacionales ya propusieron la posibilidad de monitorizar la salud de los astronautas con sensores de grafeno.
Chiara Zanardi, investigadora de la Universidad de Módena y Reggio Emilia (Italia) afirmaba que serán necesarios sensores de grafeno que sean capaces de monitorizar la salud de los astronautas de forma continua sin que llegue a ser invasiva. Zanardi está desarrollando sensores de grafeno que en un futuro puedan aplicarse en la ropa o en la piel de los astronautas. Teniendo en cuenta que el grafeno se compone de una única lámina de un solo átomo de grosor, el grafeno cuenta con una superficie de o muy grande por lo que puede utilizarse para fabricar dispositivos altamente sensibles. Por el momento, Zanardi y su equipo de investigadores han sido capaces de crear sensores de grafeno que detecten ácido láctico, vitamina C y morfina.
Una aplicación sacada de la ciencia ficción
Por último, y aunque sea una idea nacida de la ciencia ficción, también se trabaja en la utilidad del grafeno para propulsar naves espaciales a través de velas solares. “La luz está hecha de fotones, que, aunque no tienen masa, pueden transferir momento y empujar un objeto. Es lo que llamamos presión de radiación”, explica Santiago Cartamil-Bueno, investigador del Graphene Flagship. La idea consiste en que las velas solares hagan uso de la presión de la radiación procedente de la luz solar. No se trata de una idea nueva, ya que el matemático Carl Wiley en un relato de ciencia ficción en 1951. Sin embargo, hasta ahora no se ha logrado construir ninguna nave con velas solares como fuente de propulsión principal. Es necesario que las velas sean resistentes a la par que ligeras, y aquí es donde entra en juego el grafeno.
En conclusión, los encuentros del Graphene Flagship sirven para que científicos e ingenieros de ámbitos muy distintos tengan la posibilidad de establecer vínculos que en un futuro permitan desarrollar nuevos avances tecnológicos en el ámbito del espacio o el cualquier otro entorno.