El conector USB C está cada vez más presente en nuestras vidas. Los móviles y ordenadores lo incorporan como norma desde hace ya varios años, y cada vez más periféricos lo utilizan. Hay varios estándares de conectividad que usan este conector para funcionar, pero parece que uno de los últimos en nacer se ha convertido en uno de los primeros en morir.
Mientras Thunderbolt 3, Thunderbolt 3 y USB4 son el presente y el futuro de la conectividad en nuestros dispositivos, hay otro conector que tenía muy buena pinta de cara al futuro: VirtualLink. Este conector fue anunciado hace dos años junto con el lanzamiento de las tarjetas RTX de NVIDIA.
VirtualLink dice adiós en las nuevas RTX 3000 de NVIDIA
VirtualLink está diseñado para las gafas de realidad virtual, donde con un solo cable es posible llevar la señal de vídeo, datos y la electricidad necesarias para que las gafas operen sin tener que utilizar más cables. La propuesta era muy interesante, ya que nos ayudaba a no tener que estar enchufando dos e incluso tres cables como requieren las gafas de realidad virtual actuales.
Por desgracia, sólo unos pocos fabricantes y ensambladores incorporaron este conector en sus tarjetas, pero se esperaba que de cara al futuro fuesen más los que las fuesen incorporando para facilitar la conectividad no sólo de gafas de realidad virtual, sino también de monitores u otros periféricos que necesitasen señal de vídeo.
La RTX 3070 rinde igual que una RTX 2080 Ti, que hasta ahora costaba más del doble que la RTX 2070 SUPER, mientras que la RTX 3080 rendirá el doble que la RTX 2080. En general, ambas tarjetas, que llegarán al mercado en las próximas tarjetas, buscan adelantar por la derecha a las consolas antes de que éstas salgan a la venta, las cuales usan procesadores y tarjetas gráficas de AMD.
Además de descodificar el códec AV1 mediante hardware, que ofrece mejor rendimiento que HEVC con la ventaja de no tener que pagar por licenciarlo al ser abierto, otra mejora que incorporarán las tarjetas que veremos en PS5 y Xbox Series X es el paso de datos del SSD a la tarjeta gráfica directamente sin tener que pasar por la U o la memoria RAM, haciendo que los juegos carguen aún más rápido.