Poco después de acabar con el emulador Yuzu, Nintendo vuelve a la carga para continuar demostrando que su bufete de abogados es invencible.
Tras establecer un diálogo con el desarrollador de Ryujinx, que es junto a Yuzu uno de los principales emuladores de videojuegos de la firma japonesa, su creador, gdkchan ha desmantelado la página de GitHub donde alojaba el código y cesado toda intención de continuar con el proyecto, que aún se encontraba en estado de desarrollo. De hecho, recientemente habían logrado avances en la portabilidad del emulador para iOS y Android.
Uno de los contribuyentes al programa, ‘ripinperiperi’, lo explicó así el pasado 1 de octubre: «Ayer, Nintendo se puso en o con gdkchan y le ofreció un acuerdo para dejar de trabajar en el proyecto, eliminar la organización y todos los activos relacionados que controla. Mientras esperaba la confirmación de si aceptaría este acuerdo, la organización fue eliminada, por lo que creo que es seguro decir cuál será el resultado. En lugar de dejarlos solo con pánico y especulaciones, decidí escribir este breve mensaje para cerrar el tema. Estas palabras son mías. No quiero hablar por nadie más aquí, así que recuerden eso mientras leen».
Por supuesto, la noticia vuelve a desatar la polémica en redes. Nintendo muestra que no tienen ninguna intención de abandonar su lucha legal contra el sector de la emulación, pese a ser una práctica que, a nivel técnico, es legal. La emulación es útil para la preservación de videojuegos, y esto es legal, pero los abogados de la desarrolladora nipona argumentan que la emulación incita o sirve directamente a los piratas que roban el código de los videojuegos, y con ello desmantelan todos los proyectos similares que encuentran a su paso.
Esta noticia llega, además, un mes después de saberse que Nintendo demandó a los creadores de Palworld, un videojuego que recuerda al mundo de Pokémon.
Guerra total e intimidación
Nintendo no duda en usar toda su capacidad para no solo derribar a todos los piratas que distribuyen software de su propiedad, sino también para frenar cualquier proyecto de emulación que pueda servir a la piratería, o videojuego que se asemeje en lo más mínimo a una de sus franquicias. Tampoco los creadores de contenido en redes pueden usar contenido de Nintendo a la ligera.
La compañía japonesa es imparable, y afianza su reputación de «malvada» para cierto grupo de fans de los videojuegos a nivel mundial.
Los encargados de Yuzu tuvieron que destruir el emulador el pasado marzo, y fueron condenados a pagar 2.4 millones de dólares en daños. Esta noticia, a la que se une ahora el adiós a Ryujinx, puso patas arriba al mundo de la emulación, que se enfrenta a un titán que lleva las de ganar incluso si la emulación es, en sentido estricto, una práctica legal.
Pese a todo, Nintendo sigue teniendo defensores entre el público. Algunos argumentan, por ejemplo, que un emulador de Switch no tiene sentido en tanto que la consola sigue en activo, por lo que no puede argumentarse un trabajo de preservación de sus juegos.