Microsoft intenta hacer todo lo posible para que una mayor cantidad de s se pase a Windows 11 y abandone el uso de la versión previa del sistema operativo. Lo está haciendo por cualquier medio posible, pero sus estrategias están funcionando.
Ya estamos en abril y eso significa que tenemos en las manos las estadísticas del mes de marzo y, según Statcounter, la cuota de mercado de Windows 10 está reduciéndose. Esto es lo que ha buscado Microsoft desde hace tiempo y algo que posiblemente estén celebrando. Eso sí, están consiguiéndolo poniendo en práctica medidas que podrían considerarse un poco excesivas.
Windows 10 sigue dominando
Los meses van pasando y nos encaminamos hacia el final de soporte de Windows 10 en octubre. Pero, por el momento, esta clásica versión de la plataforma sigue siendo la reina. Lo consigue con un porcentaje del 52,23%, una cifra que se coloca por delante de manera significativa del 42,66% que ostenta Windows 11 en estos momentos. Eso sí, hay que reconocer que el sistema operativo actual de Microsoft está avanzando con fuerza y posiblemente acabará dejando atrás a la versión precedente. Esto podría ocurrir antes de lo imaginado si la empresa continúa con esas maniobras poco elegantes por las que está optando últimamente, como ralentizar algunas de las funciones de los s con Windows 10.
Pero, en paralelo, Windows 11 sigue sufriendo problemas en sus actualizaciones y no es, ni mucho menos, la versión más exitosa que haya tenido el sistema operativo. Muchas personas pueden actualizar sus ordenadores de Windows 10 a Windows 11, pero eligen no hacerlo debido a que la edición actual de la plataforma no les proporciona demasiada confianza. Tampoco es algo de extrañar, ya que los problemas con las actualizaciones son habituales y, cuando se publican parches, siempre existe cierto nivel de riesgo que pueda llevar a que otras funciones acaben fallando.
No obstante, viendo la situación en perspectiva, es cierto que la cuota de Windows 10 está bajando y que cada vez hay menos s que lo utilizan. Se trata de una medida lógica a la vista de que, en realidad, nadie quiere terminar con un ordenador que, en octubre, ya no recibirá actualizaciones de seguridad. Y, entre quienes no pueden usar Windows 11, hay personas que deciden pasar a Linux u otras alternativas. Para Windows 11, todo lo que no sea Windows 10, es un beneficio en su volumen de cuota de mercado.
El próximo mes volveremos a hacer un repaso de las estadísticas para ver cómo han cambiado los márgenes de la presencia de Windows 10 y Windows 11. La previsión es que es muy posible que el porcentaje de Windows 10 baje incluso más de lo que ha bajado entre febrero y marzo. Al fin y al cabo, las tácticas de Microsoft se están reforzando cada vez más.