Microsoft ha despejado todas las dudas. Actualmente, los Insiders que están probando Windows 11 pueden instalar el sistema operativo sin estar sujetos a las restricciones de los requisitos mínimos. Así, es posible instalarlo en ordenadores con chips Intel Core de primera generación, en un Core Duo de hace 15 años, y hasta en una Raspberry Pi. Sin embargo, en la versión final todo eso cambiará.
Así lo ha afirmado la compañía, que afirma que en el lanzamiento no será posible saltarse los requisitos de hardware de Windows 11. Eso implica que será necesario cumplir con requisitos como tener 4 GB de RAM, 64 GB, o cifrado con TPM 2.0, ya sea porque nuestra placa lo incluya en el chipset, o porque instalemos el módulo de manera adicional. Por ello, parece que será obligatorio utilizar procesadores Ryzen de AMD, o Intel Core de 8ª generación y posteriores.
Microsoft no permitirá saltarse TPM 2.0
Microsoft lamenta que todos aquellos que tengan ordenadores antiguos no vayan a poder instalar el nuevo sistema operativo, pero afirma que lo hacen para que nuestros dispositivos sean más seguros que nunca. En el anuncio del sistema operativo, afirmaron que, en sus pruebas, los ordenadores con TPM 2.0 activado sufrían un 60% menos de infecciones de malware y apenas tenían problemas por drivers.
Esta cifra ha sido más que suficiente para que Microsoft obligue a tener TPM 2.0, a pesar de que cientos de millones de ordenadores vayan a quedarse sin poder ser actualizados a Windows 11, y a partir de 2025 se queden sin soporte de actualizaciones de Windows 10. Así, un ordenador de 2016 quedaría técnicamente obsoleto y desprotegido, a pesar de que por potencia pueda ejecutar Windows 11 más que de sobra.