La Universidad de Carolina del Norte (UNC) ha decidido estrechar el cerco contra los estudiantes que utilizan programas peer to peer para intercambiar archivos. Todos aquellos s que se conecten a su red verán cómo sus equipos son escaneados de forma automática para comprobar si tienen instalados programas que se conecten a redes como BitTorrent.
La lucha contra el P2P en las universidades de Estados Unidos continúa intensificándose. Si el pasado mes de noviembre conocíamos como la Universidad Valdosta State de Georgia anunciaba que estos estudiantes siempre y cuando no se detecte que se usa quebrantar la ley.
Desde la universidad se ha insistido en que esta medida se utilizará a modo de advertencia. «Es como si ves una señal de tráfico y estás conduciendo a 40 millas por hora. Tú puedes ir a 35 o a 40. Tú decides q ué hacer», advierten, aunque parece evidente el ánimo de amedrentar a los s. «Si quieres ignorarlo, hazlo, es tu ordenador y responsabilidad personal«, sentencian.
La medida llega después de que la universidad estuviese gastando al año cantidades cercanas a los 40.000 dólares (aproximadamente 30.000 euros) en costear las causas abiertas por la industria discográfica y cinematográfica. En el país norteamericano si un estudiante comparte archivos con copyright en primer lugar se le corta la conexión y se le obliga a asistir a un curso de prevención de estas actividades. Si reincide, no sólo se le vuelve a cortar la conexión sino que además se le demanda ante un juzgado.
Por otro lado, fuentes del centro estudiantil han señalado que con esta medida esperan mejorar la velocidad de las conexiones ya que esperan que muchos estudiantes cesen en su actividad de intercambio de archivos y no consuman tanto ancho de banda. Quizá la medida consiga su propósito, aunque no podemos dejar de preguntarnos dónde queda el límite respecto a la privacidad en este tipo de situaciones.