La industria del cine ve ejemplar la censura china para acabar con la piratería en la Red

La poderosa industria del cine sigue su campaña de presión con el fin de extender las estrictas leyes antipiratería por todo el mundo. Lejos de lanzar una crítica a la censura en Internet, uno de sus líderes cree que la censura que aplica China en la Red puede ser imitada con el fin de proteger la propiedad intelectual.
La industria cultural y del entretenimiento sigue en su empeño por lanzar más leña al fuego del debate sobre la piratería en Internet. Tras haberse demostrado las presiones en varios países del mundo para que éstos aprueben leyes antipiratería que introducen fuertes medidas de control sobre la libertad en la Red, continúa su campaña de feroces ataques a todo aquel que no tiene el mismo concepto de propiedad intelectual.
En esta ocasión nos hacemos eco de las controvertidas palabras de Chris Dodd, presidente de la MPAA, asociación que reúne a las principales compañías cinematográficas del mundo. En su afán por subrayar la necesidad para su negocio de la aprobación de la polémica ley antidescargas en Estados Unidos, conocida por sus siglas SOPA, Dodd ha puesto un ejemplo de lo más escabroso y rancio.
«Cuando los chinos dijeron que Google debía bloquear determinados sitios o no podrían hacer negocios en su país, finalmente se las arreglaron para encontrar la manera de bloquearlos», afirmó en palabras recogidas por Bitelia en información de la web Variety. Dodd no se refiere de una forma casual al mayor buscador del mundo, sino que centra sus ataques en él por la oposición mostrada por Google respecto a la ley antipiratería que prepara el Gobierno estadounidense.
El presidente de la MPAA no duda en afirmar que Google «facilita a los s el robo» de sus contenidos. Sus palabras coinciden con las que se lanzan desde el mismo sector en España, como recientemente pudimos comprobar al manifestar su postura el presidente de la Academia de Cine. Enrique González Macho considera que las descargas a través de Internet suponen un «saqueo de la industria cultural«, ante lo que no duda en defender otra norma controvertida como la Ley Sinde para evitar que la situación continúe.
Sin embargo, en esta ocasión la industria parece haber ido demasiado lejos, puesto que poner como ejemplo la censura que existe en China para defender el control sobre las descargas parece excesivo. El modelo chino se caracteriza por ser uno de los más estrictos del mundo en cuanto a su control de la Red, vigilando y persiguiendo cualquier información no afín a su dictatorial régimen. Defenderlo para proteger el cerrado concepto de la propiedad intelectual no es sino una declaración de guerra a las libertades en Internet y, por supuesto, a los derechos de los ciudadanos.