Las discográficas tienen acuerdos con YouTube para borrar vídeos aunque no sean suyos

La última acción de la discográfica Universal al eliminar un vídeo de Mega en YouTube a pesar de no contar con los derechos de autor de éste ha servido para destapar los polémicos acuerdos que las multinacionales tienen con el portal de vídeos de Google para eliminar a su antojo ciertos contenidos.
¿Puede una discográfica eliminar contenidos en YouTube de los que no posee derechos de autor? La respuesta, según ha reconocido la propia industria, es afirmativa, por desgracia para las libertades en la Red. La discográfica Universal ha itido de forma pública el poder que tienen estas empresas a la hora de controlar ciertos contenidos que circulan por Internet, en un caso que se abrió hace unos días.
La pasada semana informábamos del apoyo que diversos músicos (con contrato con varias multinacionales musicales) habían brindado al servicio de descarga directa Mega, en forma de vídeo musical. Universal fue la única que respondió, de una forma no exenta de polémica. La compañía pidió a YouTube que suprimiese dicho vídeo y el portal de vídeos no dudó en hacer caso. Aunque no cabía duda de lo caprichoso del movimiento, se presuponía que Universal se escudaba en la , ley del copyright en EEUU.
Los derechos de autor no son su excusa
Sin embargo, la eliminación del vídeo no se ha debido a ningún conflicto con la propiedad intelectual. «Universal tiene el derecho a eliminar los vídeos según el acuerdo Universal-YouTube, un acuerdo que da a Universal el derecho a bloquear o eliminar los vídeos subidos por los s en conformidad a dicho acuerdo», explicó la discográfica. «Este acuerdo no se limita a los derechos de autor«, sentenciaba en su comunicado tras la demanda de Mega, agraviada por la medida.
De este modo, queda patente que no es necesario que existan leyes para proteger la propiedad intelectual como excusa para borrar contenidos. Las grandes compañías tienen acuerdos con gigantes de Internet que sólo sirven para controlar la información con los riesgos que esto entraña. El caso de Mega no es sino una anécdota, pero muy a tener en cuenta porque evidencia cómo las empresas más poderosas pueden ejercer la censura en la Red de una forma caprichosa.